El elento de Teatro Grito reestrenó una de sus más conocidas obras, dirigida por Denisse Arancibia.
La Paz, 26 de mayo de 2023 (AEP).- Pis, obra del Teatro Grito, vuelve a la escena paceña por última noche hoy. La propuesta, que se estrenó por primera vez hace más de una década, toca temas como la maternidad y la violencia del sistema de salud, desde el humor.
“La obra (que se presenta hoy en Casa Grito, San Miguel, calle José María Zalles N° 939, a las 19.30) trata de una mujer que está esperando a ser atendida en un centro de salud público para hacerse una ecografía. Para realizarse este estudio debe tener la vejiga llena y mientras tanto tiene que aguantar las ganas de hacer pis.
Este personaje está en estado de embarazo y quiere saber el sexo del bebé. En esta espera que parece tornarse en días interactúa con otros dos personajes. Una suerte de enfermera que representa el servicio médico al que las mujeres a veces nos tenemos que someter —que es un poco violento y poco respetuoso— y está este otro personaje, que es esta mujer, que sí es madre de muchos hijos y que a lo largo de la obra expresa que ella, en realidad, no quería ser madre”, narró la directora de la puesta en escena, Denisse Arancibia.
Si bien se hicieron pequeños cambios para adaptar algunos de los elementos de la obra a la actualidad, luego de una primera función, la también directora de cine —conocida por su largometraje Las malcogidas— encontró que la obra aún tiene una conexión con la realidad del país. Es más, la artista identificó que tanto para el público como para los actores la profundidad de las reflexiones que dispara ahora son más profundas de lo que fueron.
“Tenemos un chiste muy duro, que nos funciona como medidor, porque si bien está dicho en un contexto gracioso, en realidad no es divertido. Antes el público solía carcajearse de risa, en cambio en la noche de estreno, ahora, eso ya no pasó”, comentó.
El elenco está formado por Mariel Camacho, Bernardo Arancibia y Carmencita Guillén.
Por su parte, el coordinador de la Escuela de Espectadores, Camilo Gil Ostria, explicó que es justamente el humor de la obra lo que ha hace importante, humor que no adormece la consciencia del espectador respecto a los conflictos que retrata, respecto a la maternidad y al sistema de salud.
“Este aspecto está muy bien pensado ya desde la dramaturgia de la obra, que utiliza un humor negro, que, en lugar de alejarte, te atrapa. Desde el primer momento sabes que te vas a reír de los movimientos que se hacen, las palabras que se dicen, el vestuario. Son absolutamente ridículos, todo está armado para que sepas que te tienes que reír. Y lo logra, te ríes, pero eres muy consciente de que lo haces de cómo se ejerce violencia sobre un sujeto”, comentó el crítico.