En 1925, Bolivia celebraba sus primeros cien años como país independiente. En sus inicios, fue una nación poderosa, con las leyes más avanzadas de América. Sus ejércitos se paseaban victoriosos, pues triunfaban en cada una de sus batallas. Al culminar ese ciclo, se inició una nueva etapa para la nación; Basilia llegaba a la vida ese año y acompañó a su patria durante otro siglo.
El auge del estaño y la migración masiva marcaron el destino de Uncía, donde la necesidad de imponer el orden derivó en la creación de una Intendencia con fuerte injerencia empresarial.