De acuerdo con el reporte del Banco Central de Bolivia (BCB), las RIN alcanzaron a $us 1.796 millones a abril, con un incremento de $us 88 millones respecto a la gestión 2023.
La Paz, 09 de mayo de 2024 (ABI). – Las Reservas Internacionales Netas (RIN) se están estabilizando y llegan a cerca de $us 1.800 millones a abril, por lo que el “golpe más fuerte” ya pasó y la economía se está normalizando, aseguró el presidente Luis Arce, quien añadió que estos recursos económicos son para usarlos y no guardarlos “eternamente”.
“Hemos mantenido estos niveles de estabilidad de las reservas internacionales que nos permiten decir que, básicamente, ya el golpe más fuerte lo hemos recibido y ahora estamos en una etapa de poco a poco normalizar la situación económica del país”, afirmó en un diálogo abierto con la prensa nacional en la Casa Grande del Pueblo.
De acuerdo a los datos que expuso, de 3.700 millones de dólares se bajó a cerca de 2.000 millones de dólares, “y de ahí hemos ido manteniendo cerca de 1.800 millones de dólares las reservas internacionales”.
Arce explicó que las Reservas Internacionales Netas son para usarlos y “no para guardar eternamente”, por las que se las empleó en iniciativas destinadas a contener los efectos negativos externos, marcados por los altos precios internacionales, y para la política de industrialización con sustitución de importaciones.
De acuerdo con el reporte del Banco Central de Bolivia (BCB), las RIN alcanzaron a $us 1.796 millones a abril, con un incremento de $us 88 millones respecto a la gestión 2023.
El nivel de las RIN está condicionado por el contexto interno y externo. En el ámbito interno, la economía enfrentó menor capacidad de producción de hidrocarburos, el fenómeno climático de El Niño (con pérdidas en el agro, principalmente, de soya), los bloqueos de carreteras a principios de gestión, y la no aprobación de créditos externos en el Legislativo.
También influye el déficit de la balanza comercial que el 2023 llegó a $us 571 millones, es decir, las importaciones son superiores a las exportaciones.
Sin embargo, Arce aclaró que, si se excluyera de las importaciones y exportaciones el componente de los hidrocarburos, como el gas que se vende a Brasil y Argentina, y los combustibles importados, el 2023 se tendría un superávit de $us 358 millones.
“Claramente el problema nuestro es la importación del diésel y gasolina, especialmente ahora, en momentos en que tenemos los precios internacionales están más altos”, explicó.
Justamente para enfrentar esta situación se apostó por la construcción de las plantas de biodiésel. En marzo inició operaciones la planta de biodiésel en Santa Cruz y en los siguientes meses se sumará la segunda factoría de este tipo en la ciudad de El Alto.
Cada una de estas tiene la capacidad de producir 1.500 barriles de biodiesel por día, lo cual permitirá disminuir las importaciones de diésel oíl y, por ende, la subvención a este combustible, evitando la salida de divisas.
A estas dos plantas se sumó la implementación de la planta de Aceite Vegetal Hidrotratado (HVO, por sus siglas en inglés), la cual sería emplazada en la provincia Germán Busch del departamento de Santa Cruz.
“Cuando empiecen estas plantas a producir en su real magnitud, Bolivia poco a poco va a perder esta dependencia de la importación de diésel y gasolina. Estaríamos eliminando el problema estructural que estamos observando”, explicó.
A estos proyectos se sumarán las más de 100 factorías que consolidarán una “economía de base ancha” que permitirá reducir las importaciones de varios productos e insumos en la industria.
Arce afirmó que estas acciones son parte del Modelo Económico Social Comunitario Productivo que muestra sus resultados con indicadores como el crecimiento del 3,1% y una tasa de desocupación del 3,9% en 2023 y una inflación acumulada del 1,31% a abril de este año.