Actualmente, los países de Sudamérica sufren una presión inflacionaria, en especial Argentina.
En desmedro de Bolivia, el contrabando a la inversa “alivia” el alza de precios de productos en países de la región, en especial en Argentina y Perú, según el analista económico Martín Moreira, quien alertó de que el problema es muy “serio”.
Actualmente, los países de Sudamérica sufren una presión inflacionaria, en especial Argentina. En 2024, este país cerró con un 117,8% de inflación anual.
“En este momento en Argentina los precios de los productos están elevados hasta en un 90 por ciento, y Bolivia, con los bajos costos, no solo está aliviando, en parte, la crisis que sufre este país, sino de toda la región”, dijo a Ahora El Pueblo el analista.
Bolivia experimenta, desde 2024, un fenómeno denominado contrabando a la inversa. Según reportes de medios argentinos, los habitantes de este país llegan con frecuencia hacia Bermejo, localidad fronteriza del departamento de Tarija, para comprar arroz, azúcar, ropa, aceite, neumáticos y otros enseres de primera necesidad.
Lo hacen porque los precios son “bajísimos”, a comparación de Argentina. Es por eso que incluso se evidencian largas filas para comprar en territorio nacional, reflejó en noviembre el portal cuarto.com.ar.
Lo propio sucede en Perú. En una entrevista en la red Bolivisión, el viceministro de Políticas de Industrialización, Luis Siles, reveló que durante un control que efectúo el Comando Estratégico Operacional de Lucha Contra el Contrabando (CEO-LCC), en la localidad fronteriza de Desaguadero, se decomisó arroz de la Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (Emapa), producto que era ofertado a Bs 250 la arroba.
“En detrimento de los bolivianos, el arroz subvencionado era vendido a más del triple de lo que cuesta en el mercado nacional. En las tiendas de Emapa este producto cuesta 50 bolivianos y en otros mercados, 90 bolivianos. Esto está generando una desestabilización en el país”, lamentó.
El analista Moreira aseguró que el contrabando a la inversa no solo se da en Perú y Argentina, sino en otros países, donde los precios de sus productos son altos en comparación con los de Bolivia.
CONTROL
Para evitar el contrabando a la inversa, el Gobierno nacional aprobó, en octubre de 2024, el Decreto Supremo 5245 que regula la Ley 100 de Seguridad en Frontera, con el objetivo de reforzar el control de productos nacionales llevados hacia las zonas fronterizas, de manera ilegal.
Es más, en el Presupuesto General del Estado de este año (PGE) el Ejecutivo incluyó una disposición adicional, que busca controlar y fiscalizar el contrabando a la inversa.
Esta disposición es resistida por grupos de gremiales dirigidos por Toño Siñani, incluso por agricultores, agropecuarios y agroindustriales que forman parte de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), a quienes el ministro de Economía, Marcelo Montenegro, les aclaró que la medida no está dirigida hacia ellos, sino a los “malos intermediarios, contra los especuladores”.
La autoridad los invitó a participar en la reglamentación para despejar dudas.
Mientras exista este rechazo a la norma, el analista Moreira alertó de que será complicado combatir el contrabando a la inversa, lo que genera en el país “un problema muy serio”, porque la mayor parte de los productos que salen, de forma ilegal del territorio nacional, son subvencionados por el Estado.
“El problema del contrabando es algo muy serio para el país por la subvención. No se va a eliminar, pero sí se puede reducir y eso busca precisamente la disposición en el presupuesto que es rechazado extrañamente por algunos sectores. No entiendo su rechazo, solo los contrabandistas estarían en contra de esta norma”, apuntó.
PRODUCTOS DE LOS AGROINDUSTRIALES
El analista observó que no todos los alimentos que se producen en el país están yendo hacia afuera, vía contrabando, sino los específicos elaborados por los agroindustriales.
“Estamos hablando básicamente del aceite, arroz, azúcar, harinas, carne de los agroindustriales de Bolivia, que reciben apoyo del Gobierno, porque les da maíz, gasolina y demás a precios subvencionados”, remarcó.
Hace días, en el ampliado de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), el presidente Luis Arce expresó su extrañeza por el incremento en alimentos de los agroindustriales y destacó que la agricultura familiar no elevó el precio de la papa ni de las verduras.
LA AGRICULTURA FAMILIAR MANTIENE BAJOS LOS PRECIOS
La agricultura familiar, que representa el 70% de la producción de alimentos, mantiene bajos los precios de los alimentos, en contrapartida de lo que sucede con los agroindustriales, destacó el analista económico Martín Moreira.
“Las familias agrícolas que producen papa, verduras, tomate han mantenido precios históricamente bajos, pese a temporadas en que se tuvo que elevar los costos. Por ejemplo, un kilo de tomate en cinco bolivianos”, ponderó.
El APOYO QUE RECIBEN LOS AGROINDUSTRIALES DEL ESTADO
El Ministerio de Economía detalló, hace días, que el nivel central del Estado subvenciona al sector agroindustrial de Bolivia el diésel, insumos a la industria agropecuaria, electricidad, y además cuentan con un Régimen Agropecuario Unificado (RAU).
Gracias a este apoyo las industrias en el departamento de Santa Cruz pueden gozar de un desarrollo.
La Paz/AEP