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El presidente Luis Arce en el diálogo con periodistas nacionales y extranjeros. Foto: Gustavo Ticona

Arce revela detalles del fallido golpe y asegura que no va a ganar popularidad con la sangre del pueblo

Arce desmintió a Zúñiga en su pretendida intensión de involucrarlo en la acción militar y lo acusó, por el contrario, de “alzarse contra el pueblo boliviano, atentando contra la democracia que ha costado sangre al pueblo boliviano”.

A un día del fallido golpe de Estado, el presidente Luis Arce reveló detalles de cómo fue enfrentada la acción militar comandada por el excomandante del Ejército Juan José Zúñiga y aseguró en respuesta a un intento de involucrarlo que “no es un político que se va a ganar la popularidad con la sangre del pueblo”.

“Zúñiga arguye de que le habría instruido (sacar las tanquetas) para ganar un poquito de popularidad. Lamentablemente para él, y hemos demostrado en todo este tiempo, no soy un político que se va a ganar la popularidad con la sangre del pueblo. Todo lo contrario, nosotros hemos venido a reivindicar a ese pueblo boliviano que dio su sangre para recuperar la democracia”, afirmó en un repaso de lo ocurrido el miércoles.

Luego de la asonada golpista que tuvo en vilo al país por cerca de cinco horas, el excomandante del Ejército fue aprehendido al salir del Estado Mayor en la ciudad La Paz, como resultado de un operativo comandado por el exgeneral de la Policía y viceministro de Régimen Interior, Jhonny Aguilera.

Es ahí donde Zúñiga afirma a un grupo de periodistas que el “presidente (Arce) me dijo: ‘La situación está muy jodida, esta semana va a ser crítica. Entonces es necesario preparar algo para levantar mi popularidad’. Entonces le pregunto: ¿Sacamos los blindados? Sacá (me responde) entonces el domingo en la noche, los blindados empiezan a bajar (de El Alto). Seis cascabeles y seis urutús, más 14 Z del Regimiento de Achacachi".

Arce desmintió a Zúñiga en su pretendida intensión de involucrarlo en la acción militar y lo acusó, por el contrario, de “alzarse contra el pueblo boliviano, atentando contra la democracia que ha costado sangre al pueblo boliviano”.

“Eso nunca lo vamos a hacer, nunca. Por lo tanto, más bien, es indignante que nos haya querido involucrar como un justificativo de sus acciones y apetitos, quizás personales, quizás por algo más, algún interés más”, insistió y aseguró que las investigaciones esclarecerán lo ocurrido e identificaran a todos los involucrados.

Durante el repaso de lo ocurrido se establecieron contradicciones en las declaraciones que el exgeneral realizó en al menos tres ocasiones, dos con los periodistas y una con Arce, en el pasillo de ingreso a Palacio Quemado, luego de que una de las tanquetas rompiera los seguros y dejara abierta la puerta principal del edifico colindante a la Casa Grande del Pueblo.

Zúñiga ingresó al viejo Palacio de Gobierno y Arce fue a su encuentro, para ordenarle sin resultados que repliegue a los militares. En opinión de Arce, si hubiera algo de veracidad en lo que posteriormente dijo el excomandante habría revelado en el momento que lo interpeló ante los medios que recibió la orden presidencial para movilizar a los blindados

También reveló que Zúñiga exigió en el momento en el que lo interpelaba retribución por la “lealtad”.

“Él sabía que lo íbamos a destituir del comando en jefe del Ejército, él lanza ahí su amenaza de que las lealtades no se pueden pagar con deslealtades, como esperando que le perdonemos la falta hacia la Constitución Política de Estado solamente porque se decía que era leal al gobierno nacional”, reveló.

De acuerdo con el presidente, Zúñiga no esperaba ser “relevado” del cargo cuando se lo convocó el martes a una reunión con los ministros de Defensa, Edmundo Novillo, y de la Presidencia, María Nela Prada, para reclamarle y comunicarle su cambio por las declaraciones políticas que hizo, rompiendo las normas militares.

En respuesta a la decisión tomada, el excomandante del Ejército ordenó poner en marcha la asonada golpista y rompió toda comunicación desde la mañana del miércoles con sus superiores y las propias autoridades de Gobierno, quienes lo llamaban para saber el motivo del movimiento de tropas desde Challapata hasta La Paz.

“Él estaba desacatando e incumpliendo órdenes que su capitán general le estaba dando ¿entonces cómo podría ser una instrucción o una planificación de un autogolpe? En ese momento (cuando se lo interpeló) podía decir: usted me ha instruido esto y acatar una contra orden, pero no acata. Actuó por cuenta propia, eso debe quedar claro”, recalcó Arce.

Es más, se ve que Zúñiga pretendió ganarse el apoyo popular indicando que “estaba cansado de que estemos mal”, pero también “jalando para su lado a todos quienes intervinieron en el golpe de Estado del 2019” al anunciar que iba a liberar a Fernando Camacho, Jeanine Añez y a “todos los presos políticos”.

“Eso es muy grave, él quería tomar el gobierno para liberar algo que está en la Justicia”, denunció en el recuento de hechos del fallido golpe de Estado que fue condenada por la comunidad internacional y los bolivianos.


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