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Posesión del presidente Hernán Siles Zuazo, en 1982. Foto: Archivo

El país conmemora 42 años de recuperación de la democracia

Luego de varios episodios oscuros de muerte suscitados entre 1964 y 1982, para los bolivianos, la democracia es un patrimonio.

Hoy, Bolivia conmemora 42 años de la recuperación de la democracia, un patrimonio que costó luto y dolor a miles de mineros, campesinos y activistas, entre otros personajes que lucharon contra los regímenes dictatoriales instaurados entre 1964 y 1982.

El 10 de octubre de 1982, Bolivia cerró un ciclo oscuro marcado por las sangrientas dictaduras que duraron más de 15 años, luego de posesionar a Hernán Siles Suazo como presidente democrático del país.

Su juramento se dio la tarde de un domingo, en el entonces Congreso Nacional, donde se reconoció el triunfo electoral de Siles, de 1980, con la sigla de Unidad Democrática Popular (UDP). Antes de llegar a este episodio, Bolivia tuvo que pasar por una historia negra que dejaron las dictaduras.

Masacres mineras

Un informe de la Comisión de la Verdad sobre las dictaduras de 1964 a 1982 da cuenta de que durante el gobierno de facto de Barrientos se aplicó la Doctrina de Seguridad Nacional y se identificó como principal enemigo interno a los trabajadores mineros, por lo que fueron víctimas de una serie de violaciones de sus derechos humanos, reportó ABI en 2023.

Las vulneraciones a los derechos de los trabajadores mineros están plasmadas en los libros de historia del país, uno de estos trágicos sucesos es la Masacre de Todos Santos, en la que murieron más de 100 personas y desaparecieron 30 durante el régimen del general Alberto Natusch Busch, quien por la resistencia popular fue obligado a devolver el poder al Congreso, donde se eligió a la presidenta de la Cámara de Diputados, Lidia Gueiler, como presidenta interina del país.

El Golpe de García Meza

El 17 de julio de 1980, nuevamente se asomaba la bota militar, esta vez de Luis García Meza y su lugarteniente Luis Arce Gómez, con apoyo activo de la dictadura militar argentina. Produjeron un nuevo sangriento golpe de Estado con el que derrocaron al gobierno democrático de Lidia Gueiler e impidieron la asunción de Hernán Siles Zuazo.

Los tiempos se aceleraron cuando, el 17 de septiembre de 1982, una huelga general convocada por la Central Obrera Boliviana (COB) puso al país al borde de la guerra civil. La dictadura militar colapsó y el poder regresó al Congreso Nacional, conformado según la composición de 1980, que decidió considerar válidas las elecciones de 1980 y designar, en consecuencia, a Siles Zuazo como presidente.

La Paz/AEP


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