El diplomático en doce ocasiones pidió pruebas sobre la manipulación de los resultados de las elecciones, pero no obtuvo ninguna respuesta.
La Organización de los Estados Americanos (OEA) está en su peor momento. Atraviesa una crisis motivada por el propio secretario general, Luis Almagro.
Luego de mantener una política intervencionista y quebrar la democracia de Bolivia en 2019, se enfrenta a una denuncia por haber empleado fondos de la entidad para más de 30 viajes con una subalterna, su pareja sentimental.
El escenario lo graficó el embajador de Bolivia en la OEA, Héctor Arce, quien en más de una ocasión “sacó de las casillas” a Almagro al exigirle que pruebe las afirmaciones de su “ilegal” informe preliminar del 10 de noviembre de 2019, en el que denunció una manipulación dolosa de los resultados de las elecciones generales, sin que hasta el momento respalde su denuncia con alguna evidencia.
“Hoy, la Organización de los Estados Americanos está en crisis a causa de una persona que, además de estos problemas políticos, de estos graves hechos de haber quebrado una democracia en un país, tiene problemas personales que cuanto menos no hablan bien de la gestión de una persona que está a la cabeza de una entidad tan importante como lo es la OEA”, afirmó Arce en una amplia entrevista con el programa Piedra, papel y tinta, de La Razón.
Arce calificó de “nefasto el accionar” de Almagro y lo acusó de impulsar una “política intervencionista” en las naciones americanas, llevando a Nicaragua y Venezuela a retirarse del organismo y activar una “agenda paralela” con actores opositores a los gobiernos progresistas, como el exministro Carlos Sánchez Berzaín, quien, junto con Gonzalo Sánchez de Lozada, es responsable de la muerte de más de 60 personas en El Alto, en octubre de 2003.
“Cuando Luis Almagro ingresa por primera vez (en 2015), la OEA estaba conformada por 35 países, ahora está compuesta por 32; más allá de la situación de Cuba, dos países, Venezuela y Nicaragua, se han retirado de la organización y cuando Almagro deje la organización retornarán”, explicó.
Arce lo responsabilizó de los dos retiros y los atribuyó a su “afán intervencionista y la agenda profundamente cargada de un interés contrario a los gobiernos progresistas”.
Y en ese afán —afirmó el diplomático— Almagro reconoció a un “embajador de un gobierno fantasma, de un gobierno que nunca existió”, como lo fue la administración paralela que la oposición venezolana instauró con Juan Guaidó, pero que en diciembre de 2022 lo “suprimió”.
A esos hechos, el embajador sumó el caso “más grave dentro de la actuación de Almagro y que más factura le pasa”, el golpe de Estado en Bolivia con un informe ilegal que se emitió sobre una supuesta manipulación dolosa en las elecciones generales de 2019, pero que nunca se comprobó.
“Una institución que estaba diseñada para proteger la democracia, en los hechos ha sido la causante de que haya un golpe de Estado en el país, de que las Fuerzas Armadas y que la Policía se insurreccionen contra un Gobierno legalmente constituido, algo que no pasaba hace 40 años en la región”, argumentó.
El 10 de noviembre de 2019, el secretario general de la OEA divulgó un “informe preliminar ilegal” que no fue parte del acuerdo que firmó con Bolivia sobre la auditoría a los resultados de las elecciones de octubre de ese año. Se lo hizo público, además, sin el consentimiento del Estado.
Esa situación agudizó la crisis social y política en el país, que derivó en un golpe de Estado y la dimisión de Evo Morales.
“Se violan todos los procedimientos, no existía ni siquiera ese informe preliminar en el acuerdo y a las 05.00 se lo publica ilegalmente, eso genera que a las 17.00 de la tarde, en 12 horas, un presidente constitucional esté renunciando víctima de un terrible golpe de Estado”, recordó Arce.
El embajador alegó que al menos siete estudios desarrollados por universidades de Estados Unidos y de otros países e instituciones especializadas establecieron “que las conclusiones de ese informe preliminar (de la OEA), que le costó la democracia al país, eran absolutamente falsas”.
“En Bolivia nunca hubo una manipulación dolosa de los resultados electorales destinados a alterar la voluntad popular, como dice ese informe”, afirmó Arce, y arguyó que han pasado más de cuatro años y hasta ahora no se ha presentado ni una sola prueba.
“¿Dónde hay un elemento de ese gigantesco fraude, como decía Carlos Mesa? Si ha sido gigantesco, ¿quiénes lo hicieron?, ¿cómo se lo hizo?, ¿cuántos votos se pasaron del candidato Carlos Mesa a Evo Morales?”, cuestionó el diplomático, quien en doce ocasiones pidió pruebas al secretario general y no obtuvo más respuesta que su enojo.
“En octubre de 2021 hicimos un seminario y trajimos al Salón de las América, al seno mismo del organismo, a las universidades que hicieron estos siete informes, y ellos estando en su propia casa no han tenido ni la decencia de dar la cara, de presentarse en ese evento y defender mínimamente sus argumentos absurdos”, afirmó Arce.
El embajador boliviano señaló que el organismo, al que siempre se cuestionó por su falta de independencia por el predomino de los Estados Unidos, “no tuvo un periodo tan difícil y tan complicado” al que ha precipitado Almagro desde que asumió como secretario general, en mayo de 2015.