Surco, quien ahora es dirigente del instrumento político, contó que Morales nunca tuvo una agenda para Bolivia, solo aplicó aquella que fue construida por las organizaciones y entregada en su gobierno para que la ejecute.
En entrevista con Ahora El Pueblo, el exsenador y ahora dirigente del IMAS-IPSP Fidel Surco indicó que en los casi 14 años de gestión de Evo Morales éste nunca tuvo un impedimento para gobernar, tampoco una agenda patriótica y de desarrollo para el país, como ahora los tiene el actual presidente de Bolivia, Luis Arce Catacora.
F idel Surco emergió de la familia de la Confederación Sindical de Colonizadores de Bolivia (CSCB), ahora Interculturales, hasta 2011, y desde ese seno emergió a la vida política. En 2010 fue elegido senador por el MAS-IPSP, el instrumento político más fuerte del país, y conoce cómo administró Evo Morales su gobierno. Sostuvo que durante la denominada “era de Evo”, el entonces presidente no tuvo ningún obstáculo para aprobar leyes, proyectos, sin importar si eran de beneficio o no para el pueblo boliviano.
Algo distinto de lo que sucede con la administración del presidente Luis Arce, quien enfrenta un bloqueo en la Asamblea Legislativa, por la conformación de la denominada “nueva derecha”, dirigida por Evo Morales, quien se alió con quienes le dieron el golpe de Estado en 2019, Comunidad Ciudadana (CC), dirigida por Carlos Mesa, y Creemos, de Luis Fernando Camacho.
—¿En qué contexto histórico asume Evo Morales la presidencia de Bolivia?
—Primero hay que rememorar la historia de cómo se fue construyendo el proceso de la revolución democrática cultural y el Proceso de Cambio en el país a partir de 2003. Antes, Morales era del partido Izquierda Unida (IU). Con esta sigla llegó a ser diputado en el entonces Parlamento.
Legalmente empieza a crecer cuando asume el Instrumento Político (MAS-IPSP). En ese entonces, aún no era presidente. Lo fue después de la “masacre por el gas” de septiembre y octubre de 2003, que se registró en El Alto.
Este hecho definió que las organizaciones sociales construyan una agenda política para el país, cuyo eje era la refundación de Bolivia mediante una Asamblea Constituyente y la nacionalización de los hidrocarburos.
En principio, con la expulsión del entonces presidente del MNR, Gonzalo Sánchez de Lozada (conocido como Goni), esta agenda fue entrega a Carlos Mesa, que en ese entonces asumió la presidencia luego de la renuncia de Goni.
Pero Mesa no tuvo la capacidad de ejecutar esta agenda de las organizaciones sociales, en la que estaban campesinos, indígenas e interculturales, fundadores del MAS-IPSP ( CSUTCB, CSIOB, mujeres ‘Bartolina Sisa’, Conamaq y Cidob).
Mesa sólo llevó adelante el referendo del futuro de los hidrocarburos en 2004. Pero no tuvo la capacidad de nacionalizar y renunció a la presidencia en 2005.
Entonces, es en este contexto de 2003, y gracias a las movilizaciones del pueblo alteño, de las organizaciones movilizadas y de los bolivianos en general que Evo Morales asume la presidencia de Bolivia en 2006. Y las organizaciones le entregan la agenda de 2003.
Evo no tenía ni idea de qué se trataba la agenda de 2003, pero debía cumplirla si quería el apoyo de las organizaciones que lucharon antes y después de 2003. Tenía que ejecutarla durante su gobierno.
En este contexto hubo líderes preponderantes, como Mauricio Cori, de la Fejuve (Federación de Juntas Vecinales de El Alto), Roberto de la Cruz y todo el pueblo movilizado que pedía mejores días; ahora están en el olvido muchos de esos dirigentes.
Pero ojo, Evo asume la presidencia cuando Bolivia aún era una república, todavía no se había refundado el país. Recuerdo que en 2006 él gana las elecciones por cerca del 51 por ciento de los votos.
Pero este porcentaje no le daba la mayoría en el entonces Parlamento, porque antes la Asamblea Legislativa se llamaba Parlamento.
Como no tenía mayoría para aprobar las leyes que se habían acordado en la agenda de octubre, comenzó a gobernar mediante decretos supremos, lo hizo para nacionalizar varias empresas que había capitalizado Goni, que luego subieron a rango de ley, porque así lo permitía la Constitución de Bolivia, que provenía de la república; menos el proceso para la Asamblea Constituyente, esta instancia debía pasar por el entonces Parlamento para su aprobación.
—¿Qué hacía usted en ese entonces?
—En ese entonces estuve como dirigente regional de los colonizadores, ahora Interculturales. Luego pasé a la departamental y luego asumí la nacional intercultural en pleno proceso de una pelea entre la Media Luna (conocidas así a las fuerzas opositoras del oriente boliviano que proclamaban la independencia de Santa Cruz como un Estado, antes de 2010).
Fue un proceso arduo el que tuvimos que enfrentar, pero 2008 ha sido un año clave para nosotros, porque trabajamos en el proceso constituyente con las organizaciones para refundar Bolivia a través de la Asamblea Constituyente, y en 2009 logramos construir el nuevo texto constitucional, que llega a finalizar en el Parlamento, donde se termina de definir la nueva Constitución y saldar controversias en la etapa constituyente.
Posteriormente, en 2009 se da la refundación de Bolivia con la aprobación de la nueva Constitución y el nacimiento del nuevo Estado Plurinacional de Bolivia y empezamos a encaminar el Proceso de Cambio.
En 2010 fui elegido senador de Bolivia por el Movimiento Al Socialismo, Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos, en representación del departamento de La Paz. Entonces, conozco todo el proceso y cómo gobernó Evo Morales en sus tres gestiones.
En ese entonces, por todo el apoyo que le dieron las organizaciones que lo llevaron a ser gobierno, Evo decía: “Vamos a gobernar con el pueblo, porque me debo a las organizaciones sociales”.
—¿Cuándo se fracturó ese compromiso que hizo Morales con las organizaciones sociales?
—En 2010, nosotros como MAS-IPSP asumimos una nueva etapa, una nueva era tras le refundación de Bolivia con un nuevo texto constitucional aprobado y bajo el nuevo Estado Plurinacional de Bolivia. Justamente ganamos por más del 60 por ciento y en ese entonces logramos en la Asamblea Legislativa dos tercios, por primera vez en la historia política de Bolivia.
Teníamos todo para legislar sin obstáculos. Recuerdo que Evo Morales no tenía oposición en la Asamblea, no tenía ningún obstáculo para gobernar, pero tampoco una agenda para el país, esta agenda la dieron las organizaciones sociales.
Incluso nos decían ‘levantamanos’, pero quien le habla hizo un compromiso firme de política firme con los sectores y organizaciones sociales para hacer prevalecer la agenda.
Pero (Evo Morales) también empieza a distanciarse de las organizaciones y a inclinarse con otros grupos de derecha.
Pese a ello se trabajó. Todos los temas políticos, económicos y estructurales, además de sociales y productivos, se construyeron de manera ardua en comisiones. Recuerdo que en esa época nació la economía plural y se trabajó la ley de revolución productiva para encaminar la soberanía y hasta ahora se sigue manejando esta ley que ha dado frutos para el país.
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En esa época hemos trabajado de verdad, incluso las 24 horas. No había fin de semana para nosotros, porque teníamos que adecuar todas las normas macro a la Constitución Política del Estado, pero ahora no pasa lo mismo con la actual Asamblea Legislativa.
Ese trabajo duro fue hasta 2014, pero a partir de 2015 hasta 2018 empieza otra etapa de la era de Evo. Ahí Evo Morales busca su reelección presidencial, su tercer mandato. La desesperación lo llevó, en 2016, a cometer un error. Él llama a un referendo, pero el pueblo le dijo No.
Y él aseguró: “Si pierdo, me voy a mi chaco”, pero no cumplió, y en 2018 buscó su habilitación mediante los magistrados del Tribunal Constitucional Plurinacional, que lo habilitaron para su tercer mandato en 2019.
—En este sentido,¿qué diferencia fundamental encuentra en los casi 14 años de gobierno de Morales y los cuatro años del actual gobierno, del presidente Luis Arce, que también es del mismo Instrumento?
—Si analizamos, podemos decir que Evo Morales hizo lo que quiso en su gobierno, tenía de su lado a la justicia que él eligió. Evo no tuvo ninguna objeción durante los 14 años de gobierno, porque no tenía obstáculos en la Asamblea para aprobar leyes, pero tampoco tenía una agenda para el país, a diferencia del presidente Lucho Arce, quien enfrenta al ala radical que se convirtió en la nueva derecha que no permite la aprobación de créditos y proyectos sociales.
No olvidemos que esta ala radical, dirigida por Evo Morales, se alió con la ultraderecha, un hecho insólito y transgresor de los principios del MAS-IPSP, pues si él quería ser opositor de Arce, debió declararse como opositor independiente, pero usa a Andrónico Rodríguez para hacer el pacto de sangre en el Senado, y ahí radica el mayor problema, el ala radical, más la oposición de Comunidad Ciudadana, de Carlos Mesa, y Creemos, de Luis Fernando Camacho, terminan haciendo más de dos tercios en la Asamblea.
A diferencia de Evo Morales, que en su primer gobierno no tenía dos tercios en el Parlamento y pudo gobernar mediante decretos, Arce no lo puede hacer porque el nuevo texto constitucional no lo permite, todas las leyes nacionales, proyectos de infraestructura, litio y demás deben ser aprobados por la Asamblea.
Además, a diferencia de Morales, el presidente Lucho Arce sí tiene un plan para el país, la industrialización, la exploración de gas, algo que no cuidó Evo Morales, quien tuvo millones en dinero de las ventas del gas, pero no hizo nada para aprovechar, no hizo inversión.
—Ahora, muchos dicen que el problema del MAS afecta en la gestión del Presidente y debe ser resuelto internamente, ¿cree que es así?
Definitivamente, y por eso el presidente Luis Arce lo invitó a Evo Morales a resolver las diferencias internamente antes de que comience su marcha para desestabilizar el país y acortar su mandato.
Lo que Evo no está viendo con esta terquedad es que su marcha puede terminar provocando un caos que él mismo no va a poder parar. Es un tema muy terrible, porque si hacemos un análisis profundo del tema, Evo Morales pondría en riesgo las próximas elecciones judiciales y eso nadie lo está midiendo.
—Ahora, ¿qué va a pasar con el MAS-IPSP? El Tribunal Supremo Electoral aún no reconoce a Grover García como presidente
—Este tema esta en manos de una sala judicial y esperemos tener respuesta lo más pronto posible, antes de que estalle una convulsión.
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La Paz/AEP