Canciones de protesta. Uno de los momentos más emotivos se vivió cuando los manifestantes corearon una famosa canción de Piero, Para el pueblo, lo que es del pueblo, y de Savia Nueva, Los mineros volveremos.
La ciudad de La Paz se convirtió en el epicentro de una manifestación histórica en defensa de la democracia. Organizaciones de todo el país y la sociedad. civil organizada marcharon desde la vecina ciudad de El Alto, culminando su recorrido en la emblemática plaza Murillo, situada en el kilómetro cero de la capital.
La plaza, asaltada el 26 de junio por tropas militares y blindados de guerra con el objetivo de derrocar al presidente Luis Arce, se llenó de ciudadanos comprometidos con la protección del orden constitucional.
Durante la Gran Marcha por la Democracia, en distintos puntos del recorrido, la multitud fue acompañada por los acordes y las letras de canciones emblemáticas de protesta. Los temas de artistas como Piero y el grupo Savia Nueva resonaron con fuerza, convirtiéndose en la banda sonora de la resistencia.
Las letras de estas canciones no solo evocaron recuerdos de luchas pasadas, sino que también dejaron claro que el pueblo boliviano está decidido a defender su democracia y sus derechos, sin ceder ante la intimidación ni la fuerza militar.
Uno de los momentos más emotivos se vivió cuando los manifestantes corearon una famosa canción de Piero: Para el pueblo lo que es del pueblo porque el pueblo se lo ganó. Para el pueblo lo que es del pueblo. Para el pueblo liberación. Estas estrofas se convirtieron en un grito de unidad y fortaleza. A medida que la marcha avanzaba, las voces se unían en un solo clamor, reafirmando la convicción de que los derechos conquistados no serían arrebatados. De igual manera, las letras de Savia Nueva encontraron eco en las calles y plazas por donde transitaba la marcha: En las calles, en las plazas, encontrarán nuestros pechos, hemos venido de lejos a exigir nuestros derechos.
La respuesta pacífica y masiva de la sociedad civil y las organizaciones sociales demostró la voluntad del pueblo con la democracia. Foto Jorge Mamani
En los ojos, en las manos traemos dolor y esperanza, y aquí todos nos quedamos desparramando la brasa. Estos vibrantes versos, cargados de dolor y esperanza, fueron cantados con rabia contenida.
La marcha, convocada por el Pacto de Unidad y bautizada como la Gran Marcha por la Democracia, reafirmó el respaldo a la administración socialista del presidente Luis Arce, elegido en las urnas en 2020 con el 55,11% del voto popular.
La presencia de miles de ciudadanos, acompañada por la música de protesta, evocó una fuerte sensación de unidad. La manifestación se desarrolló en un contexto de tensión, luego de que el comandante del Ejército, general Juan José Zúñiga, junto con el civil Aníbal Aguilar Gómez y varios jefes castrenses de mediano y alto rango, elaborara un plan para derrocar al presidente Arce.
Convencidos del éxito de la operación, Zúñiga y su equipo ya habían preparado un discurso para dirigirse a la nación y al mundo como nuevos líderes.
El 26 de junio, con tropas en uniforme de combate, fusiles de asalto y blindados de guerra, tomaron la plaza Murillo y el Palacio Quemado, que comunica con la Casa Grande del Pueblo y el despacho presidencial en el centro de La Paz. En el momento de mayor tensión, un tanque embistió las puertas metálicas del Palacio Quemado, permitiendo finalmente el ingreso de Zúñiga.
"Nunca más las dictaduras y los golpes de Estado"
La Confederación Sindical de Comunidades Interculturales Originarias de Bolivia (CSCIOB) remarcó este viernes que la dictadura no se repetirá y exigió a civiles y militares respetar al Gobierno democráticamente electo en las urnas.
"El pueblo reconoce a un Gobierno constitucionalmente elegido, con una mayoría absoluta, y no pueden intentar golpearlo. No se repetirán los años 1979 ni 1980. Aquí vivimos en un Estado de derecho, civiles y militares tendrán que respetar a nuestro Gobierno y a cualquier gobierno legalmente elegido", señaló el dirigente Adalid Carvajal.
La tarde del 26 de junio, mi- litares fuertemente armados y con tanquetas tomaron la plaza Murillo bajo el mando del excomandante del Ejército Juan José Zúñiga, secundado por los excomandantes de la Fuerza Aérea Marcelo Zegarra y de la Armada Juan Arnez, con el fin de tomar el poder en Bolivia.
Sin embargo, la asonada militar fue frenada por la reacción del presidente Luis Arce y la movilización ciudadana.
Ante aquel intento de romper el orden constitucional, el Pacto de Unidad convocó a las organizaciones sociales a una Marcha en Defensa de la Democracia, que ayer reunió a miles de ciudadanos de los nueve departamentos del país.
"Todos estamos presentes como aquella tarde del 26 de junio, vamos a reaccionar las ve- ces que sean necesarias para defender el Estado de derecho".
La Paz/AEP