La medida también perjudicó el tránsito interdepartamental e internacional.
La ciudad de El Alto vivió ayer una jornada marcada por la violencia de algunos sectores de transportistas, quienes agredieron a transeúntes, rompieron vidrios de vehículos particulares, entre otros daños registrados por varios medios.
La dirigencia de la Federación Andina de Choferes convocó a un paro indefinido el cual solo duró ocho horas. Se anunció que se retomaría la huelga el siguiente lunes 24 de marzo por al menos 48 horas.
Durante la medida, los bloqueadores en El Alto, apoyados también por un sector de los denominados Ponchos Rojos, apedrearon a cisternas con combustible, impidiendo por varias horas el paso de los vehículos que llevaban el carburante a las zonas de esa urbe y de la ciudad de La Paz.
En imágenes difundidas tanto en redes sociales como por los medios de comunicación se pudo evidenciar cómo los bloqueadores usaban la violencia para ‘chicotear’ a los conductores que salieron a las calles, aunque estos sean particulares; pincharon llantas, rompieron vidrios, entre otras acciones violentas.
La medida también perjudicó el tránsito interdepartamental e internacional, dado que las flotas y buses no pudieron partir a sus destinos debido a que la Terminal de Buses de La Paz y El Alto tuvieron que suspender sus actividades ante la falta de seguridad y la inviabilidad del tráfico.
La población tuvo que darse modos para llegar a sus fuentes de trabajo.
A ello se sumaron algunas juntas vecinales que cerraron las vías troncales de la urbe alteña, por lo que estudiantes y trabajadores tuvieron que caminar largos tramos para llegar a sus destinos, pues muchas personas optaron por utilizar los teleféricos que registraron largas filas.
La Policía Boliviana registró 26 puntos de bloqueo y se habilitaron rutas alternas para la circulación de vehículos particulares, motocicletas y bicicletas que no tienen vinculación con este paro, además de garantizar el paso hacia el Aeropuerto Internacional de El Alto para preservar el derecho de las personas de movilizarse y trasladarse de un punto a otro del país.
Uno de los minibuses afectados por la violencia. Los transportistas rompieron su vidrio cuando había personas adentro.
Para el viceministro de Defensa del Consumidor, Jorge Silva, los dirigentes del transporte público que impulsaron el paro y bloqueo en la ciudad de El Alto tienen afinidad con los radicales evistas.
“Es un paro estrictamente político, por cuanto las personas que lo están impulsando son conocidos dirigentes políticos que tienen una afinidad con el ala radical del Movimiento Al Socialismo, simplemente buscan desestabilizar al Gobierno”, advirtió en conferencia de prensa.
Un grupo de bloqueadores interviene un minibús. Uno de ellos le quita el aire a las llantas del motorizado.
“Ya han anunciado el pedido de renuncias de varias autoridades, como si ésa fuera la solución. En el fondo, la solución viene de parte de nuestro Gobierno que está trabajando y haciendo todos los esfuerzos para responder a las demandas (…) Estamos trabajando para la normalidad en el abastecimiento y en la distribución de los combustibles”, remarcó.
A partir del domingo empezaron a llegar las cisternas y las filas se redujeron en varios estacionamientos de servicio.
El transporte interdepartamental e internacional perjudicado debido a las medidas.
A su turno, la dirigencia de los choferes de la ciudad de El Alto declara cuarto intermedio al paro indefinido por combustible y anuncia que sus movilización se reactivarán desde el lunes 24 de marzo, según el dirigente del transporte Richard Martínez.
Entre las demandas está la mayor cantidad de distribución de combustible, pese a que Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) dijo que los despachos de combustible desde la planta de Senkata son normales.
A partir de ayer, la estatal YPFB elevó al 100% los despachos de combustible para el departamento de La Paz y llamó a sectores que amenazan con protestas, como los transportistas de El Alto, a contribuir al clima de paz y tranquilidad.
Se denunció que los camiones distribuidores de garrafas de gas licuado de petróleo (GLP) tuvieron problemas para la distribución de garrafas en ambas ciudades.
La urbe alteña paralizada en sus actividades, principalmente comerciales.
AEP