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Celebrando la magia de la literatura infantil

“Los libros infantiles pueden ser la base de la comprensión internacional que necesitan los niños de hoy y mañana para evitar los errores del pasado”, Jella Lepman.

La Paz, 07 de abril de 2024 (AEP). – Para exaltar la obra destinada a los niños, el 2 de abril fue declarado a nivel mundial el Día Internacional del Libro Infantil. La Primera Reunión de Expertos en Materiales Educativos, celebrada en México en 1971, bajo los auspicios de la Organización de Estados Americanos, recomendó a los Estados asociados declarar esa fecha como el Día del Libro Infantil, en homenaje al nacimiento del escritor universal Hans Christian Andersen, cuya obra había propiciado el reconocimiento de parte del Comité Ejecutivo de la Organización Internacional para el Libro Infantil y Juvenil (IBBY), declarando en 1975 Año del Centenario de su muerte.

Bolivia se asoció a este trascendental evento mediante Resolución Ministerial (Ministerio de Educación y Cultura) Nº 124, del 12 de marzo de 1975, gestión que fue llevada a cabo por el profesor Hugo Molina Viaña, en su calidad de presidente de la Sección Boliviana de IBBY.

El escritor universal

Hans Christian Andersen (Odense, 1805 abril 2-Copenhague, 1875 agosto 4), escritor danés de literatura para niños, autor de famosas obras de cuentos como El patito feo, El soldadito de plomo, La sirenita, Las zapatillas rojas, El ruiseñor, El traje nuevo del emperador. De origen humilde y de extrema pobreza, fue hijo de un zapatero y de una lavandera, a quien dedicó el cuento La pequeña cerillera. Su formación fue esencialmente autodidacta, inspirándose en tradiciones populares y narraciones mitológicas alemanas y griegas (países visitados durante sus viajes), así como de experiencias personales.

Entre 1835 y 1872 escribió 168 cuentos de hadas e historias protagonizados por personajes de la vida diaria, héroes míticos, animales y objetos animados. También incursionó en una autobiografía, La verdadera historia de mi vida. Sus obras han sido traducidas a más de 80 idiomas y adaptadas al teatro, el cine, dibujos animados, juegos en CD, en el arte de la escultura y pintura.

En 1956 se creó en su honor el Premio Internacional ‘Hans Christian Andersen’ de la Organización Internacional para el Libro Infantil y Juvenil (IBBY), equivalente al Nobel de Literatura, que se concede cada dos años “a un escritor vivo, cuya obra completa haya aportado una importante contribución a la literatura infantil”, y a partir de 1966 también de ilustración. Al mismo tiempo se concede un Cuadro de Honor con un libro representativo de cada país, “con objeto de poner de relieve en el plano internacional los mejores libros para niños y jóvenes”.

Origen del IBBY

La Organización Internacional para el Libro Infantil y Juvenil (International Board on Books for Young People, IBBY) tuvo su origen gracias a la inquietud de la escritora y educadora Jella Lepman, quien organizó en Munich, Alemania, en 1949, la Biblioteca Juvenil Internacional, proyecto asociado a la Unesco.

“Cuando Lepman trabajaba en Alemania durante la posguerra se dio cuenta de que los libros infantiles podían ser la base de la comprensión internacional que se necesitaba para que los niños de hoy y de mañana evitaran los errores del pasado”. En 1951 organizó una reunión bajo el lema ‘Comprensión internacional por los libros infantiles’, a la cual asistieron más de 250 delegados de varios países del mundo.

Dos años después, en 1953, esa labor se traducía en la Primera Asamblea General de la Organización Internacional para el Libro Infantil y Juvenil, que tuvo lugar en Zurich, Suiza. Cada dos años, IBBY celebra su congreso en un país determinado.

Entre los propósitos de IBBY está el “fomentar la comprensión internacional mediante los libros infantiles. Estimula el uso de estrictos criterios literarios y artísticos y la amplia distribución de literatura para niños. Alienta al establecimiento de bibliotecas nacionales e internacionales, la educación permanente de los que se relacionan con la infancia y con la literatura infantil, y la publicación de libros imaginativos y estimulantes para los jóvenes” (HMV).

La Sección Boliviana de IBBY fue aceptada como miembro número 40 en el XIV Congreso Mundial de la Organización Internacional para el Libro Infantil y Juvenil de Rio de Janeiro (Brasil, 21 octubre 1974), cuya representación fue confiada al profesor y poeta Hugo Molina Viaña. Cumplidas las diligencias ante la organización y las resoluciones impartidas por la Presidencia, se hizo la presentación e inauguración oficial el 9 de noviembre de 1975 en la ciudad de Potosí.

También se organizaron filiales departamentales. IBBY Bolivia, desde su fundación, ha promovido, incentivado y apoyado el libro y la literatura para niños, con una serie de ferias de exposiciones del libro, festivales, conferencias, coloquios, seminarios, publicaciones, concursos literarios.

Impulsó la creación del Centro de Documentación e Información de Literatura Infantil (Cendoili), mediante Resolución Ministerial 335/ 84 del 24 de abril de 1984, del Proyecto Interamericano de Literatura Infantil de la OEA, quedando bajo dependencia de la Dirección de Literatura del Instituto Boliviano de Cultura, organizado y dirigido por un Consejo Interinstitucional (Comité Central de Literatura Infantil, IBBY, Departamento de Currículum-Ministerio de Educación, Banco del Libro, Centro Pedagógico Portales). Actualmente su sede es en el Centro Portales de Cochabamba, al igual que IBBY.

El profesor presidente del IBBY-Bolivia

Hugo Molina Viaña (Oruro, 10 octubre 1931-La Paz, 13 noviembre 1988), profesor, poeta y escritor de literatura infantil, fue presidente y organizador de IBBY-Bolivia (1975-1985). Se destacó por ser premio internacional ‘Hans Christian Andersen’ de la Organización Internacional para el Libro Infantil y Juvenil; por sus obras Vicuncela (Cuadro de Honor. Würzburg, Alemania, 1978.) y El duende y la marioneta. Fantasía idílica en el Castillo de ‘La Glorieta’ (Lista de Honor. Cambridge, Inglaterra, 1982).

En su obra poética destacan: Palacio del Alba (1955), Martín Arenales (1963), Ratonela (1974), Viajeros del Espejo (2007), Martín Pescador (2007), Pilicitu Pilinín, Poemas con fonemas quechuas (2008), Poemas para llevar en la mochila (2010); Prosa lírica: El Duende y la Marioneta (1970), Vicuncela (canción para una vicuña 1977), El país de nunca jamás, Expomágica (1979, 1981. Catálogo: ilustraciones de Marcelo Arduz Ruiz), La Niña de la Glorieta (1987), El Reino de Nomeolvides (2007); Antología: Selección del cuento boliviano para niños (1969), Breve Antología de la Poesía Infantil de la Región Andina (1974), Adivina..., adivinador (1987); Cuento: Ratonciélago y otros cuentos (2008), El diario de un gato (2008), El quirquincho y su caparazón (2008), El quirquincho Bolita y otros cuentos (2010).

En relación al libro, elaboró la Bibliografía de Literatura Infantil Boliviana (La Paz: IBBY, 1980). El documento fue presentado al Proyecto Interamericano de Literatura Infantil del Centro de Capacitación Docente El Mácaro, Consejo Nacional de Cultura, Venezuela.


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