Encuéntranos en:
Búsqueda:

Donde el diablo negocia la entrega de sus riquezas

La ciudad de Potosí es dominada por una imponente montaña, que desde hace cinco siglos entrega minerales aun a riesgo de desplomarse. Sputnik recorrió los túneles de la Cooperativa Minera Kory Mayu, donde los mineros compartieron sus experiencias bajo tierra.

La Paz, 28 de abril de 2024 (AEP). – En los últimos 500 años, generaciones de padres, hijos y nietos entraron a las cavidades del Cerro Rico, en la ciudad de Potosí, para salir cargados de plata, estaño y zinc. Pero un trabajo tan insalubre y peligroso tiene generalmente el mismo final: la muerte antes de los 50 años. Este oficio tan particular posee sus propias deidades, que sustentan el sentido trágico y romántico de la vida (y la muerte) presente en cada minero.

Germán Delgado tiene 48 años, pero aparenta más. Es minero desde los 12. “Realmente es muy triste la historia de todo minero. El trabajo es muy duro y pesado, porque tienes que romper la roca, cargarla y venderla”, explicó a Sputnik.

Recordó que entró a la mina obligado por la muerte de su padre, quien también fue minero durante sus 39 años de vida. Con el tiempo Delgado también enfermó. La silicosis —o el Mal de la Mina, como se le conoce— se produce por respirar el polvo que flota en los túneles, que en la humedad de los pulmones se convierte en piedra.

El experimentado minero ya no puede levantar una carretilla. Por ello en la mina tiene un ayudante, quien hace las tareas más pesadas. “Le explico a los más jóvenes cómo hacer y cómo no hacer, para evitar accidentes. Hubo muchos fallecimientos por inexperiencia en esta mina”, comentó.

La altura del Cerro Rico

Potosí está a 4.060 metros sobre el nivel del mar. El cerro llega a los 4.780 metros, aunque se debe considerar que en los últimos años se derrumbó parte de su cumbre antes cónica, por la explotación extendida e intensiva de su interior.

Antes del inicio de la colonización española, en el siglo XVI, el cerro era considerado una waka, sitio ceremonial para entrar en contacto con las deidades andinas.

Cuando los originarios fueron esclavizados y forzados a vulnerar su waka se estableció un ceremonial y protocolo que hasta hoy está vigente para quienes ingresen a raspar minerales de su interior.

Sputnik ingresó a la mina de la cooperativa Kory Mayu, que en idioma quechua quiere decir “río de oro”. Luego de caminar cien metros por un túnel estrecho se llega a una recámara con una representación del diablo, conocido por los mineros como el Tío. La estatua roja y de ojos azules estaba cubierta de ofrendas, como hojas de coca, cigarros y cervezas. Antes de seguir camino es indispensable rendirle el culto correspondiente.

CrónicasDiabloRIquezas284242

Foto: Cortesía Víctor Montoya

Para los mineros, el Cerro Rico es una qulla, es decir una reina, que tiene 12 vestidos. Cada uno representa un diferente nivel de riquezas, hasta llegar a la cima.

Permanentemente, están en búsqueda de una veta, donde muchos kilos de metales se concentran. “Si no hay buena veta, no ganamos. A veces no alcanzamos para el sostén de la familia. Cuando sentimos que no hay buena veta, los mineros ofrendamos aquí los viernes y sábados. Y ya para la siguiente semana aparece la veta. Cuando tenemos mucha fe se hace realidad”, sostuvo Delgado. “De lo contrario no comemos. Es jodida la situación del minero”, reflexionó.

Turismo minero

Óscar Castro fue minero durante cinco años. Actualmente dirige Chaskita Tours, un emprendimiento con el que lleva turistas a pasear por las minas del trajinado cerro. Mientras guía el recorrido cuenta leyendas, refiere costumbres y particularidades de la vida en la mina.

La ciudad de Potosí está plagada de oficinas que promueven las visitas a los túneles de este y otros cerros. Hay agencias que organizan recorridos por el salar de Uyuni, también en este departamento.

Algunas hasta garantizan seguir los pasos del Kari Kari, un legendario vampiro andino que ocasionalmente aterroriza a las comunidades.

Los turistas, mayormente extranjeros, tuvieron que viajar hasta cuatro horas para llegar desde la ciudad de Sucre, donde está el aeropuerto más cercano. Paradójicamente, una de las ciudades más turísticas de Bolivia no tiene donde aterricen los aviones.

Los dominios del tío

De la oscuridad absoluta emergió Manuel, quien estaba reparando el caño de aire comprimido que permite respirar a los trabajadores hasta más de 300 metros bajo la superficie. Comentó que en la soledad de los pasillos oscuros es habitual sentir la presencia de otros.

Los turnos de trabajo entre las piedras duran cuatro horas. Luego hay que salir. “Mi aire es a las dos”, dijo en referencia a las 14 horas. Hasta entonces tendría que respirar polvo y la esperanza de alcanzar una buena veta.

Según los datos más recientes del Ministerio de Minería, en el primer semestre de 2023 la producción de minerales en Bolivia alcanzó el valor de 3.166 millones de dólares, por la explotación principalmente de oro, zinc, plata, estaño y plomo.


Imprimir   Correo electrónico

Ahora El Pueblo logo

Búsqueda