El maestro boliviano Roberto Valcárcel, artista, fotógrafo, pedagogo, conferencista, polifacético, multidimensional y sobre todo creativo afirmaba que todo cambia y el arte también, que nada es inmutable, que nada carga significado propio, que el arte es un proceso indefinible a la vez, lo que obliga a cambiar la pregunta, ¿qué es arte? a ¿cuándo es arte?
La Paz, 22 de octubre de 2023 (AEP).- Quiero partir de un artículo recientemente publicado que reflejaba la recuperación del pensamiento, producción intelectual y artística del maestro Roberto Valcárcel. En esa línea el artículo repasa y fundamenta el aporte teórico sobre el arte como generador de cognición que proponía Roberto, el abordaje conceptual de su obra en torno al giro ontológico que sufre el arte en este último tiempo, la pureza del arte conceptual y sus vínculos con la educación.
Roberto afirmaba que todo cambia y el arte también, que nada es inmutable, que nada carga significado propio, que el arte es un proceso, e indefinible a la vez, lo que obliga a cambiar la pregunta, en vez de preguntar qué es arte, debiéramos preguntar cuándo es arte, así el arte es una máquina de significar, de crear alteridades, alternativas de la realidad, comprender por ejemplo que la razón del arte no es hacer cosas visibilidades, sino más bien generar procesos mentales, percepciones, cogniciones, ver las cosas de otro modo, entender al arte como proceso cuya finalidad es la intangibilidad, cual si fuera un sistema.
Concluyendo en que la función del arte, el objetivo final, es hacer que el sujeto, el ciudadano sea un ser pensante, una persona que ejerza su potencial de sentir, de tener ideas, comprensiones, que puedan hacer sus propias lecturas de la realidad, sin depender de otros, en suma, estamos hablando de libertad.
Por todo lo señalado, la propuesta de Roberto Valcárcel conduce directamente al arte como forma de conocimiento, aspecto que el presente artículo pretende profundizar, dada su importancia en las actuales condiciones por las que atraviesa la educación artística en Bolivia y el mundo.
DESARROLLO
Es importante trabajar el arte como arte y en la educación, pero también en la vida cotidiana, más allá de las técnicas artísticas, ya que este mundo cambia permanentemente, nos llena de incertidumbre, con la rara sensación de incompletud, vivir mediados por las TIC, ciertamente un mundo complejo, ahí el arte puede aportar en los procesos de comprensión de la realidad.
Vivimos en un mundo totalmente distinto y por tanto necesitamos de herramientas distintas a las que estábamos acostumbrados, y si hablamos de arte como conocimiento, de carácter transformador, el elemento principal es la creatividad. Facilitar al máximo la habilidad de encontrar y hacer conexiones a nivel de pensamiento y sentimiento.
El arte como una forma de adquirir, procesar y generar conocimientos nuevos, también entendido como una metadisciplina que ayuda a utilizar la imaginación ilimitada, la creatividad e innovación.
No se trata de llenar al estudiante con información ni con entrenamiento, ni con técnicas, lo que interesa es que la producción de una obra artística sirva para una maduración individual.
Roberto Valcarcel Möller, pedagogo, arquitecto, artista visual, fotógrafo, junto al autor del artículo. Fotos: Cortesía Efraín Bueno
No es el arte como producción lo que influye en la educación sino la manera como lo adquirimos, por lo tanto es el arte un instrumento cognoscitivo lo que merece atención y como este puede afectar a la pedagogía en general.
Hay muchas analogías para entender el arte, por ejemplo una obra de arte puede ser resultado de una problematización, como una propuesta y se da cuando el artista soluciona un problema y el observador se integra y forma parte de la solución, tomando como punto de partida la obra del artista, como un estímulo, complementado o mejorando la propuesta.
La obra entendida como juego, por ejemplo, una partida de ajedrez, donde el público vive la partida, comparte la jugada, quiere ser parte de ella sugiriendo jugadas, es decir nos estimula a jugar y no a admirar pasivamente la obra de arte.
El mapa, esta analogía nos muestra la ruta de lo que es el conocimiento, donde los caminos pueden ser directos, curvos, nos invita a descubrir, a explorar, a buscar, nos permite apropiarnos de la geografía sugerida por el artista.
Estas analogías sirven para elucidar los procesos cognitivos, nos permiten explicar que la relación con el arte es pedagógica, una relación incluyente, el arte como elemento cognitivo incluye lo racional, lo cuantitativo, pero también permite imaginar.
Nos han enseñado a identificar la palabra arte con la producción de objetos artísticos, con actividades manuales, lo que no está mal, ya que es parte del proceso, pero hoy en día no es lo más importante. La modalidad transformativa en el arte contemporáneo es lo de menos.
En lugar de percibir al arte como un instrumento cognoscitivo y de transformación cultural, la educación tradicional lo confunde con entrenamiento y por lo tanto se prepara a los estudiantes para la vida laboral.
Arte relacional, la obra de arte genera un dialogo, una red de relaciones con el público, y este a su vez genera otras relaciones, una cadena de sensaciones y percepciones, en el Museo Nacional de Arte como escuela.
La educación debe entender al estudiante como una entidad autónoma, capaz de decidir. En general los procesos de aprendizaje están orientados y se centran en la adquisición de conocimientos prácticos para una posterior inserción laboral, siendo la escuela un espacio formativo más que un lugar de cuestionamiento.
El arte es una forma de pensar, no se pretende negar el conocimiento disciplinar, procedimientos y técnicas, es más bien un entrenamiento en la complejidad en forma crítica ya que, por ejemplo, el pensamiento analítico es un instrumento privilegiado para aproximarse a la complejidad, es lo que incita, desborda, que conduce a la emoción, a la sorpresa, cuestionando.
La escuela y la práctica tradicional de las artes plásticas y visuales reduce el área a una práctica manual, en forma de manualidades y a una categoría de belleza expresada como algo bonito que le gusta al profesor, sin profundizar en el significado y eliminando toda complejidad intelectual.
Es importante reflexionar sobre la educación artística en la actualidad, donde prevalece el hacer sobre el pensar. El arte entonces es creatividad, nuevas formas de expresarse, urge abordar el pensamiento crítico para así comprender el mundo en que vivimos, una especie de entrenamiento en la complejidad.
Las artes generalmente son una forma de expresión y comunicación del ser humano, y por sobre todo una forma de conocimiento, esto ha sido demostrado por investigadores en ámbitos como la psicología, educación; por ejemplo, Goodman (1968) considera que el arte actúa como sistema simbólico para articular semánticamente la realidad, por lo que constituye un modo de conocimiento.
Las Artes Plásticas y Visuales no son el resultado de habilidades manuales utilizando materiales, sino que nos proporcionan un conocimiento de la realidad y del mundo, ya que, gracias a los estímulos recogidos, a las percepciones por parte de los sentidos del humano, este descubre, organiza y recrea la realidad, adquiriendo conciencia de sí mismo y del entorno.
Rudolf Arnheim (1998) nos dice cómo la percepción es una actividad cognitiva: “Para mí, lo cognitivo incluye todas las operaciones mentales que intervienen en la recepción, el almacenamiento y el tratamiento de información: la percepción sensorial, la memoria, el pensamiento y el aprendizaje”.
Al interior de la especialidad de Artes Plásticas y Visuales de la Escuela Superior de Formación de Maestras y Maestros Tecnológico y Humanístico El Alto (ESFMTHEA) se trabaja a partir del giro ontológico del arte y la realidad boliviana, organizando actividades, tareas a partir de 2010, manejando la idea de dimensionar el proceso artístico en el marco de la contemporaneidad, entendiendo el arte como conocimiento.
Cuestionar el sistema y salir del enfoque positivista que considera a la ciencia como objetiva y constructora de conocimiento, dejando de lado al arte, ubicándola en la subjetividad y que desde siempre fue relegada y desplazada en un espacio de disfrute, del entretenimiento, de goce espiritual, que sin duda también lo constituye y que es parte de la formación integral de las personas, se fue incorporando a finales del siglo XX la idea de que la experiencia artística es también productora de conocimiento.
Conscientes de los cambios, pretendemos salir de ese enfoque al arte, a la educación artística como un espacio de disfrute, de goce espiritual y de realización de obras, rumbo al cambio de paradigma entendiendo al arte como conocimiento.
La relación entre arte y conocimiento se da en dos caminos, ya entre los años 60 surge el primero entendiendo al arte como facilitador de aprendizaje y en segundo lugar en este último tiempo entiende el arte como un modelo de conocer, entendiendo la dimensión epistémica del proceso artístico que construyen experiencias y que generan conocimiento, estos son los dos campos que se utilizan en Educación Artística en la actualidad.
Estructura de análisis del proceso artístico
Como factor clave esta primero entender al arte como proceso, así el arte contemporáneo establece una nueva red de relaciones donde participan el artista, la obra de arte y el público en un sentido relacional, interactivo, dialógico y participativo. Este diálogo propicia una experiencia que genera conocimiento novedoso o no, que transforma al sujeto, así cuando alguien asiste a una exposición de arte no sale el mismo, sino transformado.
Esa interacción entre obra de arte y público está dimensionada desde la experiencia, no en un sentido positivista, más bien pragmático, hermenéutico donde la experiencia es la apropiación del cuadro, pieza u objeto artístico. Entendida así cada experiencia nueva es una construcción cognitiva nueva, otorgando una nueva herramienta al observador para comprender la realidad.
Esto implica que el arte no es una cosa ni un concepto, es algo indefinible que está en constante transformación y que cambia la pregunta clásica de ¿qué es el arte? por ¿cuándo es arte? En un sentido temporal y situacional por cierto, por tanto esta concepción teórica nos remite a una ontología y epistemología relacional.
Una obra de arte no sirve sino genera conocimiento y reflexión en el observador, espectador o público, el arte es una forma de pensar, es problematizar, generar conocimientos.
ARTE RELACIONAL
Otro aspecto determinante del arte es su cualidad relacional, en el sentido de que el sujeto no puede construir algo en la unicidad, individualmente quiero decir, sino que la creación se da junto al otro, coincidiendo con el actual modelo educativo sociocomunitario productivo que apunta al aprendizaje colectivo que nos permite construirnos.
El modo como están construidos los procesos artísticos (proceso, relacional) puede ayudar a comprender por analogía el modo en el cual se desenvuelven los sujetos de aprendizaje, cuando mostramos herramientas amigables que permitan el aprendizaje.
En el marco de la construcción epistémica del proceso artístico surgen visiones de pensadores como el de intersubjetivo cuando el conocimiento se da entre dos humanos, entre dos sujetos que se interrelacionan. Ahí surge lo relacional, una categoría propuesta por N. Bourriaud en su libro Estética relacional, cuando sostiene que “el arte es la organización de presencia compartida entre objetos, imágenes y gente”, pero también “un laboratorio de formas vivas que cualquiera se puede apropiar”.
De acuerdo con esta definición, la actividad artística, una experiencia, un juego que precisa de la participación del receptor, observador, sujeto. La obra de arte no tiene esencia, no es un objeto, sino más bien un “tiempo” en el que el sujeto se encuentra con la obra, el arte es un estado de encuentro, afirmaba.
Para Bourriaud, el factor relacional en la práctica artística es una imperiosa necesidad, ya que recupera y reconstruye los lazos sociales a través del arte que, en la actual sociedad, construye sujetos aislados reducidos a la condición de consumidores pasivos. Hablando de estética, el actual escenario artístico requiere de nuevos discursos y requiere otras categorías para pensar la práctica artística, es decir no podemos valorar la obra de arte contemporánea con criterios y recursos tradicionales.
La práctica artística facilita la invención de relaciones entre sujetos; la obra de arte propone, y el trabajo del artista genera un dialogo, una red de relaciones con el mundo, y este a su vez genera otras relaciones, una cadena de sensaciones y percepciones hasta el infinito, cual triada de Charles Sanders Peirce.
GIRO EDUCATIVO DEL ARTE
Aproximadamente en los años 90 la práctica artística, la curaduría toman un interés para establecer diálogos entre el arte contemporáneo y la educación, dicha tendencia consiste en la apropiación que hacen los artistas y/o curadores de métodos educativos para llegar a más gente con proyectos de su autoría, efecto que yo denomino “giro educativo”, consistente en charlas, foros, laboratorios, talleres, simposios, plataformas virtuales, publicaciones y seminarios.
Algunos proyectos elaborados con enfoque educativo pueden ayudar a la reflexión, haciendo que el arte y la educación dialoguen como academia, como ente institucionalizado que pueden estar alejado de la educación formal y reflexivamente redistribuir colectivamente la producción del conocimiento.
Atendiendo a la escuela, a los museos o cuanta institución vinculada al arte y a la educación, puedo afirmar que en su interacción surge el arte como agente para la pedagogía y didáctica experimental, tanto en las clases de arte como en las exposiciones en galerías de arte.
Tanto en el contexto europeo como latinoamericano el interés de vincular el arte con la pedagogía responde a la influencia y lectura correspondiente de textos como Democracia y educación, de John Dewey; la Pedagogía del oprimido, de Paulo Freire, de J. Ranciere, H. Giroux, entre otros, pero también a artistas como Joseph Beuys, cuya propuesta puede resumirse en Pedagogía radical, democracia directa y plástica social, y se centra dentro del campo de la enseñanza, en la educación artística, promoviendo un desmantelamiento de códigos, metodologías y práctica docente, tratando de resignificar, reconocer y desarrollar la creatividad que todos tenemos y que está oculta por la competencia comercial.
Estos autores e investigadores aseveran que el concepto de pedagogía de la libertad acuñado por Freire ha influido directamente en las prácticas educativas a través y dentro del campo del arte.
Se debe buscar otras miradas, otros puntos de vista que cuestionen los discursos hegemónicos del poder, es para el profesor la oportunidad de hacer distintas lecturas, tomando en cuenta la diversidad, tomar en cuenta las narrativas visuales, creando una didáctica situada y relacional.
Consiste en el cambio de enfoque en la construcción del vínculo entre escuela, centro cultural, museo, como posible desarrollo de investigación basada en las artes. La IAP como mediación artística transformativa da vida al giro educativo en el arte.
El giro educativo se da a partir de instancias de encuentro y discusión en torno al arte, a la educación y a la producción de conocimientos críticos, promovidos a partir de la curaduría, la didáctica y las prácticas artísticas contemporáneas.
Giro educativo donde la práctica artística es definida como una nueva ontología, entendido como una red de prácticas encarnadas entre sujetos, objetos artísticos, una relación entre educación formal regular con la educación no formal.
En esta integración se establece la conexión de los estudiantes con la realidad, es el espacio donde se encuentran con los medios de información, comunicación, con la cultura regional, el arte visual, plástico y donde a partir de estas relaciones construyen sus lecturas de la realidad.
A manera de conclusión y volviendo al principio, el ser humano tiene la capacidad de crear significados, así lo explican las teorías asociativas y ejecutivas de la creatividad, otorgando herramientas para desenvolverse en la diversidad cultural y social.
En el arte las fronteras disciplinares se han borrado y la adquisición de conocimiento está en la experiencia, en la heurística, en la creatividad en esa permanente búsqueda de alternativas y soluciones, en la memoria semántica, episódica, entre la observación y comprensión, entre la dispersión y la concentración. En la ida y vuelta de esa relacionalidad se construye el conocimiento, en el marco de la interdisciplinariedad.
Y de la mano del arte contemporáneo resaltan cualidades en la utilización de la creatividad, en la aplicación de nuevos paradigmas, la complejidad, realidades múltiples, arte conceptual, arte procesual y relacional, cuando el espectador se transforma en actor, operador y participa en la cadena del proceso artístico transformando al sujeto y la realidad.