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El 12 de noviembre de 1879, el ejército boliviano derrota al ejército chileno en Canchas Blancas.

El general francés Du Bisson al servicio de Bolivia en la Guerra del Pacífico

Desde el periodo colonial hasta la Guerra del Pacífico, militares franceses desempeñaron roles fundamentales en la historia de Bolivia, aportando conocimientos estratégicos y políticos cruciales.

Militares franceses en Bolivia

La historia de la presencia francesa en nuestro país inicia en el periodo colonial, con la llegada de comerciantes de Saint-Malo y de Aix que residieron en Potosí. A su vez, en el puerto de Cobija, contrabandistas galos intercambiaban plata potosina por mercaderías. Otros, con el transcurso de los años, combatieron en las revoluciones de Chuquisaca, en 1809, y de Potosí, en 1810, entre estos destacados aliados estuvieron Marcos Miranda, José Sivilat y Pedro Costas.

El primer militar francés registrado al servicio de la naciente República de Bolivia fue el coronel Charles Heine, quien fue nombrado como representante de Bolivia ante Francia. Lamentablemente falleció de disentería en el puerto de Valparaíso, en junio 1832, antes de partir a Europa.

Consecutivamente, militares de origen francés como los coroneles Julio Lalanne, Jean La Faye y Carlos Vincendon tuvieron un gran protagonismo en la vida política de Bolivia. Asimismo, Felipe Bertrés presidió la elaboración del Mapa Corográfico de Bolivia, publicado en 1845, y construyó el fuerte de Pan de Azúcar o Inupaya, situado cerca de Viacha. Adscrito al Ejército de Bolivia como coronel de ingenieros, junto al arquitecto José Núñez del Prado, fundó la Escuela de Arquitectura Civil y Militar dependiente del Colegio de Ciencias, en 1842.

El capitán de marina Liger de Libessart promocionó a nuestro país y las riquezas del Litoral boliviano en periódicos de París, Burdeos, Nantes y Marsella. Entre estos destacados diarios estuvieron Moniteur Universal, Jornal del Havre, Semaforo, Le Journal de Marseille, L’Egalite y Gazette du Mide, además, bajo el seudónimo de Ramón López, publicó escritos en la Correspondencia Parisiense, durante la guerra contra España, en 1866.

Por otro lado, como representante de una empresa extranjera llamada Sociedad Internacional de Telegrafía Eléctrica de París, fue el primero en presentar una propuesta para establecer una línea telegráfica en nuestro país, el 10 de mayo de 1857. Es necesario mencionar que Libessart, en su calidad de marino, propuso al gobierno de Bolivia la navegación del Amazonas y el establecimiento de una fuerza de buques de vela y de vapor, en 1871.

Un año después, el gobierno boliviano contrató al general de división Raoul du Bisson con el objetivo de dirigir el Colegio Militar del Ejército e hizo importantes estudios de vinculación ferroviaria, geopolítica y arte militar.

El general de División Raoul du Bisson

Olvidado por la historiografía actual, du Bisson nació en Caen (Francia), el 11 de enero de 1812. Célebre por sus aventuras, prestó servicios al rey Francisco II de las Dos Sicilias, quien lo nombró General de División y galardonó con el cordón de la Real Orden de François I y le otorgó el título de Conde por su heroica intervención contra las fuerzas de Giuseppe Garibaldi, en la Expedición de los Mil. Posteriormente dirigió dos exploraciones a África, como resultado de sus excursiones publicó la famosa obra Les femmes, les eunuques et les guerriers du Soudan (1868).

Entre 1870 y 1871 combatió en la guerra Franco-Prusiana, luego fue “titulado jeneral de la Comuna de París”, indicó Gabriel René Moreno, en su libro Biblioteca Boliviana: Catalogo de la sección de libros i folletos (1879). Después, du Bisson marchó hacia América del Sur; sobre su arribo a nuestro país, el escritor Vicuña Mackenna subrayó en su obra Historia de la Campaña de Tarapacá. Desde la ocupación de Antofagasta hasta la proclamación de la dictadura en el Perú (1880): “había llegado a Bolivia desde el Paraguay haciendo este viaje a pie con su desgraciada esposa”.

Asimilado como General comandante del Ejército de Bolivia, tradujo del inglés al francés y elaboró las notas del manual titulado: Descripción de la ametralladora norteamericana Gatling, publicado en el periódico La República, en La Paz, en diciembre de 1872. En dicho mes, mediante decreto expedido el día 18, el presidente Tomás Frías intentó implementar nuevamente un Colegio Militar dirigido por du Bisson.

Un año después fue destinado como ingeniero militar al puerto boliviano de Cobija, lugar donde hizo un importante estudio ferroviario que tuvo como resultado la publicación de los documentos en formato folleto: Ferrocarril de Cobija. Lijeras observaciones contra el ferrocarril de Mejillones (Sucre, 17 de octubre de 1874) y Ferrocarril de Cobija ante la Asamblea Nacional (Sucre, 11 de noviembre de 1874).

De gran visión, du Bisson, en el primer folleto citado, solicitó la concesión de construcción de un ferrocarril desde Cobija hacia Calama, con un ramal hacia el río Loa y otro hacia la región minera de Caracoles, con el objetivo de mezclar de manera hidráulica los metales pobres de la región. Por otro lado, en el segundo folleto, nuestro biografiado planteó a la Asamblea Nacional de la época la concesión de una autorización para establecer una línea férrea que se extendería desde Cobija a Potosí y Sucre, transitando por Tames, Limón Verde, con un ramal a las salitreras y establecimientos del río Loa.

Es necesario mencionar que el llamado ‘General Comunista’ confeccionó el Mapa Comparativo de los Ferrocarriles de Mejillones y Cobija y el plano de las salitreras del Toco. En 1874 levantó una de las paredes del fuerte del edificio de la Ceca de la Moneda de La Paz, esto quedó detallado en un periódico de la época: “Ya se está desplomando la techumbre que no sabemos que arquitecto del Estado levantó sobre las paredes del fuerte en que Mr. Du Bisson convirtiera uno de los lados del edificio de la Moneda. La tal techumbre se viene abajo al cabo de 3 años, cuando más, de su construcción…” (La Reforma, La Paz, 13 de enero de 1877).

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El general francés Raoul du Bisson, destacado por su servicio a Bolivia durante la Guerra del Pacífico.

Por otra parte, durante la Guerra del Pacífico, junto al general Mariano Mujia, fue encargado de explorar una ruta para movilizar al Ejército boliviano desde Tacna hacia el río Loa, también asesoró al general Campero sobre la táctica chilena empleada en la ocupación de los territorios peruanos intitulado: Tactique chilienne. Simple exposé.

Lo recopilamos a continuación como un justo homenaje a su labor efectuada en nuestro país. Sobre el citado documento, fue hallado en la correspondencia recibida del general Narciso Campero, resguardado por la familia Diez de Medina, el original fue escrito en idioma francés y se tradujo al español para esta ocasión.

De regreso a Francia, du Bisson continuó prestando sus servicios a Bolivia, brindando información sobre nuevas tácticas de combate europeas y de artillería de campaña. Lamentablemente, falleció en febrero de 1890 en París.

De esta manera, rescatamos la figura del francés Raoul du Bisson, que contribuyó a Bolivia en la Guerra del Pacífico.

Táctica chilena simple exposición

La táctica política chilena presenta dos conclusiones que conducen a un mismo resultado: la conservación integral y perpetua de los territorios conquistados.

Bajo la apariencia de una moderada generosidad, de una abnegación ejemplar, Chile rechaza toda idea de conquista; el presidente de la Argentina incluso se engaña y se lo cree; más Chile eleva su indemnización de guerra a una cifra tal que ni Bolivia ni Perú podrán jamás pagarlo; y como exige, con apariencia de justicia, la ocupación absoluta por sus tropas hasta la perfección, de las provincias que tomó, y que para cubrir los tres de dicha ocupación, reúne todas las personas y los productos, asegura por los medios la posesión tranquila los territorios conquistados.

Es simplemente llegar al cinismo de hipocresía y de la perfidia.

Es la primera conclusión, el de predilección; porque sus comprometidas y agotadas finanzas le obligan a tomar medidas inmediatas. Por tanto, hay que hacer triunfar a toda costa el gobierno esclavista, que se llama García Calderón (referencia al breve gobierno peruano de Francisco García-Calderón Landa, J.P.), que mantiene su poder y el que impone el poder soberano.

Para lograr el objetivo, el Gran Cónsul de Santiago decidió por unanimidad: 1° la ocupación de toda la costa peruana; 2° la creación de seis puertos nuevos de primera clase, dominados por un fuerte y defendidos por una guarnición, pagada y mantenida por los derechos de dominación y las imposiciones territoriales.

3° la formación de cuatro a seis columnas volantes compuestas cada una de cuatro batallones, un escuadrón y une batería. Pero siempre prudente, Chile sólo dará sus peores fusiles y cañones, que son buenos contra tropas que no los tienen.

Las tropas serán reclutas de preferencia, entre los negros de Lima, a quienes prometerá el saqueo de las ciudades que no se declaren partidarias de la paz.

Si una fuerza de la Sierra es de gran fuerza, una expedición chilena la destruirá, y los colonos peruanos completarán su destrucción y lograrán la sumisión, a Calderón, de las provincias del interior, ya que Chile no quiere avanzar más de 25 a 30 millas desde la costa.

Los nuevos puertos servirán como base de operaciones y suministros para los pacificadores.

El Almirante Lynch, nombrado general en jefe de la plaza de Baquedano, durante su corta estancia en Tacna, comunicó una parte del plan al gobernador general Arteaga.

Apenas arribó a Lima, el Almirante comunico la ejecución de su plan. Una división chilena ha partido para destruir el cuerpo de Montero. Ella es seguida por una fuerza peruana considerable, armada y pagada por los conquistadores, para someter todo el norte a la política de Calderón.

Pero Chile teme que al no adivinar la ruta, los aliados rechacen sus propuestas de paz.

En el caso, mientras se realiza la primera combinación del plan, quien poderosamente al triunfo de la segunda, Chile se prepara activamente para darles a los aliados un golpe que considera decisivo: la toma de Arequipa, de Puno y la dominación del Titicaca.

Ya su cuerpo de zapadores tiene preparados las durmientes, las rieles, locomóviles (o motores) portátiles para reemplazar el ferrocarril destruido, y transportar dos baterías de 100, municiones, y las tropas de Mollendo en Arequipa.

Hoy 16.000 hombres forman el ejército de Lima; desprenderemos la mitad, en peligro, a causa de las tropas calderonistas; 2.000 de Tacna se unirán a ella; los 5.000 enviados en Araucanía, para terminar prontamente esta guerra, fortalecerán el cuerpo expedicionario. Estamos convencidos de que todo estará listo para emprender esta campaña, antes de que se hagan las propuestas de paz. De perder un minuto, dijo Lynch, él hará su expedición.

En Valparaíso trabajamos incansablemente en la construcción de cuatro pequeñas cañoneras, fondo plano para la cual utilizamos las máquinas, calderas y equipos de Lanchas Torpedos, que tienen en su poder.

Los pequeños vapores se desarman y son transportados por ferrocarril y van armados con un cañón de 36. Su destino es ocupar el Lago Titicaca y recorrer el Desaguadero, asolando Corocoro, Oruro; derrotando así a las fuerzas bolivianas y aislando a Bolivia del Perú. Fortificarán una punta del Lago, para amenazar La Paz. El excedente de tropas estará a la voluntad e iniciativa de Lynch.

De la convicción del gobierno de La Moneda, la salud y el único ejército pierrotista sigue en pie, el de Arequipa, siendo destruido; los colonos volantes peruanos cumplir su misión de desheredar todas las villas del interior en la política pacifica de Calderón, la paz con el Perú, luego lo firmará sin ningún obstáculo.

En todo el Litoral Boliviano y el de Tarapacá, las fuerzas chilenas tienen 2,300 hombres de todas las armas, más dos batallones de guardias nacionales en Antofagasta, dos en Caracoles, y uno en Iquique.

El plan chileno ofrece probabilidades de éxito.

¿Podemos hacer que falle? ¿Podemos todavía obligar a Chile a someterse a condiciones de paz, justas y equitativas? Sí

La Paz, 3 de junio de 1881

(Firmado)

General R. du Bisson

A modo de conclusión, a través de esta breve investigación rescatamos la figura de un personaje olvidado por la historiografía oficial, cuya contribución fue clave para las armas de Bolivia en la Guerra del Pacífico, al brindar asesoramiento y establecer rutas estratégicas para el desplazamiento de tropas.

José E. Pradel B./AEP


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