Más de 20 mil bailarines participaron en la entrada que reafirma la identidad cultural paceña y boliviana.
Pese al cielo nuboso y el frío de ayer en la ciudad de La Paz, el tradicional Jisk’a Anata reunió a 76 conjuntos folklóricos, entre ballets y agrupaciones autóctonas, que llenaron de alegría y ritmo las principales calles del centro paceño.
La festividad, que es una de las más esperadas del carnaval, tiene un profundo significado cultural y espiritual, pues representa la gratitud a la Pachamama por los frutos obtenidos y la renovación de la esperanza para el nuevo ciclo agrícola.
El recorrido comenzó en la avenida Montes y se extendió hasta la avenida Simón Bolívar, con danzas, música y expresiones artísticas que reflejan la diversidad del folklore nacional.
Según información institucional de la Agencia Municipal de Noticias, la entrada inició cerca del mediodía con una caravana encabezada por el secretario de Culturas, Américo Gemio, y otras autoridades ediles, acompañados por la banda municipal Eduardo Caba. Luego ingresaron las fraternidades con coreografías llenas de pasión, alegría y tradición.
“Esta entrada es inclusiva porque las fraternidades cuentan con fraternos o músicos con discapacidad física o visual”, destacó Gemio después de enfatizar el carácter integrador del evento.
Danzas como ch’utas, kallawadas, tarqueadas, chovena y diablada fueron parte del despliegue cultural. La actividad central del carnaval paceño contó con la participación de más de 20 mil bailarines, según informó la Secretaría Municipal de Culturas.
“El Jisk’a Anata reafirma la identidad cultural de La Paz y de Bolivia al mostrar las danzas de cada región del país”, destacó Gemio.
Como parte de la agenda carnavalera, hoy, Martes de Ch’alla, se llevará a cabo la tradicional bendición de viviendas, comercios y espacios de trabajo con ofrendas y rituales a la Pachamama.
En tanto, el domingo 9 de marzo se celebrará el Entierro del Pepino desde la plaza Garita de Lima hasta el Cementerio General; y el 16 de marzo concluirá el Carnaval paceño con la Entrada de la Corcova, en Villa Victoria.
AEP