Más de 50 obras permiten apreciar cómo el maestro ceramista Walter Melendres ha transmitido la riqueza cultural a través de sus figuras llenas de historia y humor.
El Museo Nacional de Etnografía y Folklore (Musef) abrirá hoy sus puertas a la tan esperada exposición Walter Melendres: el gran maestro ceramista, en la que se podrá disfrutar de la obra de este icónico creador de los T’ilinchos, las famosas miniaturas cerámicas que combinan tradición, creatividad y una profunda resistencia cultural. La inauguración será a las 18.30 en la sede principal del museo, en La Paz, con entrada libre para todo público.
De acuerdo con información del Musef, esta exposición marca el inicio de la serie Grandes Maestros de nuestras Raíces, un proyecto con el propósito de visualizar y rendir homenaje al talento de los artistas de diversas comunidades bolivianas, cuyas manos moldean la esencia de las culturas del país.
La inauguración contará con actividades especiales, incluyendo una charla del propio Walter Melendres, quien compartirá anécdotas sobre su vida y su visión artística.
El evento no solo celebra al maestro ceramista, sino que también reafirma el compromiso del Musef de servir como un puente entre las tradiciones ancestrales y el mundo contemporáneo.
A través de una cuidada selección de más de 50 obras originales, acompañadas de fotografías históricas y testimonios, los visitantes podrán sumergirse en la obra de Melendres y apreciar cómo cada pieza es un reflejo del diálogo entre lo ancestral y lo contemporáneo.
EL GRAN MAESTRO CERAMISTA
Walter Melendres, nacido en 1960 en la comunidad de Khunkhu Liki Liki, en la provincia Ingavi de La Paz, es mucho más que un ceramista, es un narrador de historias que utiliza el barro como su lenguaje.
Su vocación comenzó desde temprana edad, influenciado por los vestigios arqueológicos de la cultura tiwanakota que rodeaban su hogar, lo que despertó su imaginación y amor por la cerámica.
Creció entre los restos arqueológicos de Wankane, donde los vestigios tiwanakotas alimentaron su creatividad. Desde su niñez, su aprendizaje fue espontáneo: jugando y observando, perfeccionando sus habilidades en secreto.
Con el tiempo, su destreza lo llevó a superar las fronteras de su comunidad, llevando sus obras —como kirus, pumas y figuras antropomorfas— desde las ferias locales hasta las galerías internacionales. Sus piezas no solo adornan, sino que cuentan historias que tocan las fibras de la identidad colectiva boliviana.
LOS T’ILINCHOS
Los T’ilinchos son las piezas más representativas de Walter Melendres. Son pequeñas figuras de cerámica que recrean escenas cotidianas de la vida andina, con personajes y animales en miniatura. Estas obras, cargadas de humor y detalle, nacieron en 1983 como una innovación en un mercado dominado por la cerámica tradicional tiwanakota.
Impulsado por la necesidad de adaptarse a un horno eléctrico y a la vez por su espíritu creativo, Melendres comenzó a experimentar con piezas más pequeñas, naciendo así los T’ilinchos. El nombre proviene de la palabra aymara ‘t’ili’, que significa miniatura.
“El barro no solo es tierra, es memoria, es vida. Cada pieza lleva una historia que quiero compartir con todos ustedes”, destacó el artista.
Con su habilidad y visión artística, Melendres creó personajes como ratones músicos, chanchitos durmiendo bajo frazadas y figuras que retratan momentos festivos y cotidianos de la vida popular.
Estas miniaturas no solo han cautivado a los bolivianos, sino también a coleccionistas y visitantes internacionales, convirtiéndose en símbolos de la cultura boliviana.
La Paz/AEP