En la cultura andina, las illas e ispallas ocupan un lugar central como figuras sagradas, conectadas espiritualmente con fenómenos naturales como el rayo y la fertilidad del suelo. Este estudio profundiza ese su significado, que será extensamente abordado en un evento especial el miércoles en el Musef.
El Museo Nacional de Etnografía y Folklore (Musef) se prepara para una destacada presentación el miércoles 24 de julio a las 19.00, en sus instalaciones ubicadas en la calle Ingavi N° 916 de La Paz. En este evento especial se presentará el libro Illanakan, Ispallanakan Ajayupa y se inaugurará la exposición de illas, ofreciendo una profunda investigación sobre estas figuras sagradas de la cultura andina.
La exhibición incluirá 70 bienes culturales que revelan la rica herencia espiritual y ceremonial de los pueblos andinos, explorando desde la luminosidad del rayo hasta la protección y fertilidad que representan en diversas tradiciones ancestrales. Para enriquecer la comprensión de su significado histórico y cultural, en Crónicas ofrecemos un preámbulo detallado sobre la construcción de estas reliquias.
Sentidos de illa
En el marco del pensamiento andino, la cualidad de los seres es muy dinámico, principalmente de aquellos vinculados a los fenómenos naturales, como la intervención del rayo o illapa, por ejemplo.
A partir de las lenguas puquina, aymara y quechua, la acción del rayo estaría relacionada con todo lo luminoso (la luz, el fuego, lo que brilla), principalmente, mediante su centelleo (relámpago), transfiriendo energías en los seres alcanzados por su resplandor, los cuales serían considerados como illa/illi, cuya esencia animadora determinaría la renovación de los seres.
De acuerdo con Federico Aguiló (1997), históricamente la construcción del sentido y significado de illa estaría vinculada a la lengua pukina y subsistirá relacionada con lo luminoso, la luz y el fuego. Con estos significados habría pasado a las lenguas aymara y quechua. En tal sentido, su definición abarcaría variados elementos:
“Illa, illi, illn = Pensamiento. Iluminación de la mente. Hay una clara referencia a la luz y el fuego, a lo que brilla. Lo que está dentro. Algo vacío. Las ‘illas’ son las piedras bezoar, que se sacan del hígado de las llamas y sirven para hechizos y encantamientos de los yatiris… Illapa (rayo, relámpago). Illimani, Illampu (Bol.) Illiniza (Ecuador), nevados andinos son de raíz claramente puquina.” (Aguiló, 1997: 262).
En este mismo sentido, Aguiló menciona que en la lengua aymara los topónimos en illa e illi desplegarían variados significados, como brillo, luz, claridad.
Henriette Szabó (2008), citando a Aguiló (1988), menciona que el término illa sería de origen puquina y significaría “estrella, luz que parpadea”, también “peña tocada por el rayo o moneda preciosa”. La autora menciona también el uso del término en el norte andino boliviano, es decir la zona Kallawaya, en donde “designa a ciertas especies de ‘plantas’, a veces silvestres, que son consideradas cuidadoras de las especies domésticas, y se llama también ‘estrella’.” (Szabó, 2008, p. 327).
En los tempranos diccionarios de aymara de Ludovico Bertonio (1612) y diccionario quechua de Diego González Holguín (1608), illa estaría vinculado con el rayo y sus diferentes manifestaciones, también, estaría ligado con las cosas antiguas (chuño, maíz, ropa, joyas, plata), así como piedras bezoar de camélidos (jayintilla). Estos sentidos hablan de una especie de seres que transfieren energías, protección, multiplicación, gérmenes de seres en potencia.
Contemporáneamente pervive el sentido de illa vinculado al rayo y a las piedras bezoares, sin embargo, se añaden otros. José María Arguedas (1953) menciona que illa refiere a un peñasco gigante, atravesado por una vena de roca blanca de opaca luz, similar a la luz lunar (killa), no luz solar, sino luz menor. Por su parte, Hans van den Berg (1985) menciona que las illas tendrían varias cualidades en las interrelaciones sagradas. Serían una especie de figuras de piedra o metal con formas humanas y de animales, que tienen por objetivo favorecer la procreación de los animales domésticos, proteger y conservar los bienes materiales y conseguir abundancia de productos agrícolas. En este último sentido, según Gerardo Fernández (2002), illa hace referencia a un principio reproductor de alimentos, animales (enqa, según Flores Ochoa) y bienes de la familia, localizado en piedras, amuletos o productos excepcionales (ispallas). Este autor menciona una vinculación del término illa con las montañas Illampu e Illimani, como centros generadores y protectores de ganado y minerales, respectivamente.
Sin embargo, varios investigadores se limitan a vincular el término illa con un amuleto o talismán poseedor de una virtud de abundancia mágica y algo sobrenatural.
En el catálogo del Musef sobre piedras se menciona que actualmente “se acepta que el término illa está erróneamente asociado a los conceptos de talismán o de amuleto y que su naturaleza es mucho más profunda y compleja y no puede ser reducida a funciones tan simples”. Evidentemente, relacionar illas con amuletos o talismanes expone un anacronismo conceptual y una descontextualización de sentidos de los términos aymaras y quechuas.
A partir de estas consideraciones, definiciones y sentidos del término illa, existe una variedad de seres apreciados como illa, de alguna forma vinculados a las energías transmitidas por el rayo, que determinaría fuerzas, abundancia, reproducción, fertilidad, protección, entre otros:
- Objetos asociados a lo antiguo (cosas, ropas y alimentos).
- Piedras bezoares extraídas del estómago de los camélidos, guardadas para la multiplicación del ganado, conocidas como jayintilla.
- Pequeñas esculturas kallawaya, en forma de animales, casas, terrenos, manos humanas, pareja en unión (warmimuñachi/chachamuñachi) guardadas para la fertilidad o abundancia.
- Illa Qunupa, esculturas de camélidos con un diseño de fuente en la espalda para contener bebidas rituales.
- Miniaturas representaciones de casas, Iqiqu y objetos, principalmente de Alasita, guardadas para la abundancia.
- Figuras cuadradas elaboradas en cal y azúcar, preparadas para mesas rituales.
- Joyas de oro y plata, monedas, dinero en billetes como illa qullqi, así como monederos llamados qullqi bolsa.
- Illas mineras, principalmente, la figura del Tío de la mina, elaboradas con el reciclaje de metales, en tamaños pequeños, guardados en la bocamina para la abundancia de minerales.
Estos sentidos hablan de una especie de protección y resguardo de una fuerza, un poder, ya sea individual y familiar, quizá también a nivel social. Contemporáneamente, perviven el sentido de illa vinculado al rayo y a las piedras bezoares.
Sentidos de ispalla
De acuerdo con Szabó (2008), ispalla sería un ser sobrenatural. En “la ‘cosmovisión andina’, dios tutelar que cuida y multiplica las plantas, cada especie tiene su propia ispalla y en los ritos se nomina cada una y se les hace ofrendas. La mama ispalla es la protectora de la papa… Se la venera por medio de ‘jayllinas’.” (Szabó, 2008, p. 340). Existirían diferentes variedades de ispalla. Una sería la mama ispalla, el alimento marcado como tal, por sus características distintivas, generalmente, por sus proporciones en relación a las demás o, también, que posea una cría a modo de ramificación, lo cual sucede principalmente en los tubérculos (papa, oca, isaño, entre otras).
Al hablar sobre la mama ispalla, a partir de sus estudios en el altiplano peruano, Grimaldo Rengifo menciona que ellas se asemejarían a seres criadoras de otros seres, en el marco de la crianza mutua de los alimentos:
“Como ya advertimos, en las ceremonias aymaras es común escuchar a los sacerdotes andinos hablar como Ispallas. Así las Ispallas viejas (de la cosecha anterior) le dicen a las Ispallas nuevas: ‘así como hemos criado a estos jaques —humanos—, así deben criarlas ustedes’. La crianza de este modo no es prerrogativa de las comunidades humanas sino también de las semillas. Las semillas son también personas criadoras al igual que las comunidades humanas, no son sólo dones de la naturaleza que los humanos tienen que criar. Los humanos son también, en esta cosmovisión, dones que las semillas tienen que criar. La sabiduría andina radica pues en la capacidad de criar, de ayudar a develar, a hacer brotar lo que ‘en su dentro’ está ya contenido, pero también en la sintonía de ser criado, de estar en empatía con los demás seres del Pacha para que brote en uno también lo seminal que está contenido. Criar y ser criado son así momentos del ayni que procura la regeneración de la vida.” (Rengifo, 1998, p. 8).
Existen, también, las jaqi ispalla, personas marcadas o señaladas como tal, con atributos distintivos. En este sentido, de acuerdo con Eveline Sigl y David Mendoza (2012), la participación de los k’usillu en diferentes danzas andinas permite entender la vinculación con la fertilidad y fecundidad debido a su significado como personaje ligado a la reproducción, por lo que sería considerado como un jaqi ispalla, una “illa de fertilidad cuyo actuar tiene connotaciones eróticas inequívocas”. (Mendoza y Sigl, 2012, p. 732).
Por otro lado, cuando tuvimos la oportunidad de realizar un trabajo de campo en la comunidad de Ch’allapampa de la Isla del Sol, el año 2022, observamos que para las ceremonias dedicadas a la Pachamama y otras divinidades los maestros yatiri recurren a la selección de niños y niñas con alguna marca particular, así como a jóvenes y ancianos que aún no hayan tenido contacto sexual, para que puedan desplegar su accionar como jaqi ispalla, mediadores o intermediarios ante los seres tutelares y permitir una efectividad de los rituales. Por tanto, al hablar de ispalla existiría una trascendencia más allá de los alimentos, para incluir, en algunos casos, a las personas.
Vinculado al concepto ispalla está la llallawa, definido por Félix Layme como un producto gemelo, “dos productos grandes unidos en uno solo por la parte media o inferior y separado por la superior” (Layme, 2004, p. 112).
Szabó, por el contrario, la define como una papa con forma extraña, “como un tamaño muy grande o deforme (llallacho: ‘patata deforme’ (Lira)…” (Szabó, 2008, p. 404). Por otra parte, Bertonio refiere lo siguiente:
“Llallawa. Papa o animal monstruoso, como dos papas pegadas o como una mano, un animal de cinco o seis pies, &c.
Llallawa jakhuriña. Tener por agüero el topar con las tales papas al tiempo de la cosecha y solían comerlas o guardarlas como cosa divina y las llaman tuminqu.
Llallawa amka, qawra, &c. Papas o carnero monstruoso” (Bertonio, 1993, p. 398).
A partir de estos datos, podemos mencionar que las llallawa caracterizarían a una variedad de ispalla, cuyos rasgos tienen que ver con la gemelaridad, pero también con lo siamés. Todas estas concepciones aún las podemos encontrar en distintas prácticas agrícolas y rituales en las comunidades de la zona andina.
Por: Ireneo Uturunco Mendoza / Crónicas