“Un año más la emoción inunda mi corazón, alisto mi rueca para bailar cullaguada”. Esta maravillosa danza también representa el amor, por los corazones bordados que llevan en el pecho las mujeres y los hombres en su poncho. Estaba reservada solo a jóvenes solteros y solteras, muchos versos dicen: “No vayas a la cullaguada con tu querencia porque en la cullaguada la dejarás”. En nuestro caso eso no se cumplió.
Como toda fiel devota del patrono San Miguel Arcángel, Doña Marujita sabe que la buena atención al comensal es la clave para ganarse la simpatía y el aprecio de todos quienes volverán una y otra vez, bajo la lluvia o bajo el sol, a servirse los platillos de fricasé, lechón y chicharrón, especialidades de la casa, donde se respira libertad y ganas de tragarse todo lo que contiene el platillo.