Recibió un reconocimiento, en conmemoración a sus años de trabajo dedicado a la promoción de artistas y difusión de la cultura.
Empezó su lucha por la sobrevivencia, forjándose con un carácter más temible y de defensa ante los peligros que ponían en riesgo su existencia en un medio donde la jauría de perros callejeros forma parte del ornamento de una población donde los vientos azotan la cordillera.