En el eco de las cuerdas rotas yace la memoria de un aprendizaje profundo, donde la música y la vida se entrelazan en una sinfonía de experiencias. En este velorio de una guitarra sin cuerdas, se despide un capítulo de la juventud, mientras un recuerdo de yace junto al instrumento que le dio vida.
La casa de estudios superiores, que está instalada en Sucre, Chuquisaca, forma profesionales desde el 27 de marzo de 1624.