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(Foto: Presidencia)

Arce asegura que las economías emergentes apuntan a crecer en 4,0% al 2024 y advierte del resurgimiento del fascismo

Además, el PGE 2023 proyectó una tasa de crecimiento del PIB del 4,8%, una tasa de inflación del 3,5%, y estabilidad cambiaria.

La Paz, 08 de noviembre de 2023 (ABI). – Las economías emergentes y en desarrollo como la boliviana tienen perspectivas de crecimiento de 4,0% al 2024, en un contexto de desaceleración económica arrastrada por los bloques hegemónicos de Estados Unidos y Europa, mientras la institucionalidad democrática como la conocemos es rebasada por una sociedad “más fuerte y participativa”, y surge la amenaza del surgimiento del fascismo, afirmó el presidente Luis Arce en parte de su informe de gestión en el Legislativo.

“Las economías emergentes y en desarrollo, de las que los BRICS son la mejor expresión, mantendrán una tasa de crecimiento de 4,0% en 2023 y 2024, similar al 4,1% observado en 2022, quedando claro que crecen a un mayor ritmo que las llamadas economías avanzadas”, aseguró.

Una situación de estas características la explicó a partir de la crisis multidimensional que enfrenta el capitalismo y que está dando lugar al multilateralismo, una reconfiguración mundial por la que apuesta y aboga Bolivia en diferentes foros internacionales.

Bolivia inició gestiones para ser parte del grupo BRICS, integrado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, y se inclina decididamente en la consolidación del  bloque de países del Asia Pacífico.

El Presupuesto General del Estado (PGE) 2023 proyectó una tasa de crecimiento del PIB del 4,8%, una tasa de inflación del 3,5%, y estabilidad cambiaria.

“En el actual contexto internacional, ya no hay la menor duda, desde pensadores y políticos progresistas y de izquierda hasta quienes asumen posiciones conservadoras coinciden en que está en marcha la configuración de un nuevo orden mundial”, aseguró el presidente en parte de su informe.

Una muestra de la declinación del potencial económico del bloque hegemónico Estados Unidos-Europa se explica a partir de las proyecciones a la baja de su tasa de crecimiento de 2,6% en 2022 a 1,5% en 2023, proyectándose un modesto 1,4% para el 2024, “confirmando la tendencia decreciente de las economías en estos países”.

Paralelamente enfrentan altos niveles de inflación que llegaron a un promedio mundial del 8,7% de 2022, la más alta en décadas, que fue disminuyendo a 6,9% en 2023 y a 5,8% en 2024, pero con un alto costo por las altas tasas de interés aplicadas por bancos centrales del mundo para contener la inflación, lo cual repercute en las economías en desarrollo.

Arce aseguró que el camino a esa reconfiguración mundial “no tiene una ruta asfaltada, al contrario, vivimos en un momento de la historia de la humanidad en que se está produciendo una crisis multidimensional y paradigmática”.

“Las instituciones de la modernidad hacen aguas porque sus contingentes, es decir, sus instituciones, normas, principios, se ven rebasados por una sociedad global que cada vez es más fuerte y participativa, dejando atrás las formas delegativas, tan propias de la democracia moderna. Adicionalmente, la amenaza del resurgimiento de tendencias fascistas en varios lugares del mundo, es una realidad”, advirtió.

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