El propósito es resguardar la economía de las familias bolivianas.
El gobierno del presidente Luis Arce identificó tres factores principales que impulsan la especulación de precios en los productos de la canasta familiar. Ante esta situación, el Ejecutivo puso en marcha diversas estrategias para mitigar los efectos en la economía de las familias bolivianas y responder a cada una de estas problemáticas.
“Este año ha sido particularmente difícil. Entre los factores que incentivan la especulación está la espiral inflacionaria global, que ha sido muy elevada”, explicó el viceministro de Comercio y Logística Interna, Grover Lacoa.
Para enfrentar este primer factor, el presidente Arce emitió varios decretos destinados a amortiguar el impacto de la inflación mundial.
Entre las medidas implementadas destacan la eliminación, por dos años, del pago del gravamen arancelario sobre la importación de neumáticos, motores y ejes, en beneficio del transporte de pasajeros y de carga; la exoneración del impuesto a la importación de trigo, harina de trigo, insumos farmacéuticos, insumos agropecuarios y maquinaria agrícola; la libre importación de insumos agropecuarios y maquinaria agrícola, como insecticidas, fungicidas, herbicidas, inhibidores de germinación, reguladores de crecimiento vegetal, y equipos como trilladoras, cosechadoras y moledoras; y la exención del pago de aranceles a la importación de maíz duro, amarillo y blanco, insumos fundamentales para la producción avícola y porcina, entre otros.
El segundo factor que impulsa la especulación es el impacto de los fenómenos climáticos en la producción.
“Estamos enfrentando la peor sequía de los últimos 25 años, lo que ha afectado significativamente la producción de alimentos en el mercado local, generando problemas en la oferta”, señaló Lacoa.
En respuesta a esta situación, el gobierno de Arce ha intensificado los programas y proyectos hídricos. A través del Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras (MDRyT), se ha impulsado la construcción de sistemas de riego, sistemas de agua subterránea y la dotación de cisternas, entre otras medidas.
Gracias a estos proyectos y otros incentivos agrícolas, los precios de los productos alimenticios en Bolivia se mantienen entre los más bajos de la región. Sin embargo, esto ha generado un aumento en el contrabando a la inversa, que constituye el tercer factor que fomenta la especulación.
“A pesar de estos desafíos, los precios de los alimentos en el país siguen siendo bajos, lo que incentiva a los contrabandistas a sacar estos productos del país para venderlos en las fronteras”, afirmó Lacoa.
Para frenar este delito, el Ejecutivo reforzó los controles en las zonas fronterizas y emitió un decreto que busca limitar el flujo de alimentos nacionales hacia las áreas fronterizas.
La Paz/AEP
