El mandatario denunció intentos de desacreditar su gestión mediante bloqueos y acciones desestabilizadoras para finalizar su mandato.
El presidente Luis Arce realizó un balance político del año en curso, subrayando los desafíos que enfrentó su gobierno debido a bloqueos, marchas y una intensa agenda legislativa, así como las repercusiones económicas y sociales que dichas acciones han provocado en el país. Arce atribuyó gran parte de estos eventos a estrategias de desgaste político impulsadas por sectores opositores de la derecha y el evismo, incluidos intentos de golpe de Estado.
El mandatario destacó que los bloqueos de caminos fueron una de las mayores adversidades del año. Recordó que el país estuvo paralizado por más de 40 días debido a estas medidas, lo que redujo significativamente el tiempo de trabajo en el año.
"De 12 meses de trabajo, menos de 11 meses hemos trabajado con tranquilidad", afirmó.
El primer bloqueo se justificó con la demanda de elecciones judiciales; mientras que el segundo generado por seguidores de Evo Morales, de mayor duración, tuvo un impacto más profundo en la economía y generó tensiones políticas.
Arce criticó que estas medidas fueron diseñadas para provocar enfrentamientos y pérdidas humanas, algo que su gobierno logró evitar. "La intencionalidad de las marchas y bloqueos era tener muertos. Nosotros somos un gobierno respetuoso de la vida, y diseñamos estrategias quirúrgicas para resolver estos conflictos sin pérdidas humanas", señaló.
Intentona golpista y elecciones judiciales
El presidente recordó el intento de golpe de Estado de la tarde del 26 de junio, cuando una tropa de militares sublevados liderados por el general Juan José Zúñiga rompió la tranquilidad al ingresar al centro político del país, la plaza Murillo, con tanquetas y armas.
Aseguró que su gobierno enfrentó este desafío con firmeza y denunció persisten los intentos de instalar una percepción de ingobernabilidad en el país.
Respecto a las elecciones judiciales, Arce resaltó que desde el Ejecutivo se demostró que fueron los únicos empujando desde la Asamblea Legislativa para que se lleven a cabo estas elecciones; mientras otros sectores de la oposición intentaban detenerlas con 39 amparos.
Según el mandatario, estas acciones provinieron tanto de opositores neoliberales como de sectores vinculados a Evo Morales.
La narrativa de desgaste y el impacto en la población
El presidente denunció que las acciones opositoras buscan posicionar una imagen de desinstitucionalización e incapacidad gubernamental.
"El objetivo es claro: generar una sensación de agotamiento del modelo económico y de ingobernabilidad. Sin embargo, hasta ahora no hemos escuchado una propuesta seria de un modelo alternativo", declaró.
Arce afirmó que, a pesar de los ataques, su gobierno ha mantenido su compromiso con la vida y el bienestar de los bolivianos. En este sentido, destacó el trabajo realizado para desbloquear caminos, garantizar las elecciones judiciales y avanzar en reformas en áreas como justicia y bienestar social, aunque lamentó la falta de apoyo legislativo para varias leyes sociales orientadas a proteger a mujeres y niños, como la ley de imprescriptibilidad de los abusos contra menores.
Un llamado a la unidad y al respeto por la vida
El Presidente subrayó que su gobierno no ha recurrido a la violencia para resolver conflictos y que su administración se caracteriza por la defensa de la vida. "Nuestro gobierno no se ha manchado las manos de sangre en estos cuatro años, y esa es una política que seguiremos manteniendo", aseguró.
En ese contexto, reafirmó su compromiso de avanzar en las transformaciones necesarias para mejorar la calidad de vida de los bolivianos, pese a las dificultades políticas y económicas.
"Seguiremos enfrentando los desafíos con acciones concretas y respetuosas de la Constitución, siempre priorizando el bienestar del pueblo boliviano", agregó.
La Paz/AEP-Digital
