El Primer Mandatario advirtió que la independencia y libertad están nuevamente bajo amenaza, por intereses externos que desean apropiarse de los recursos naturales estratégicos.
Desde la histórica Casa de la Libertad, en la ciudad de Sucre, capital del país donde, en 1825, nació Bolivia, el presidente del Estado, Luis Arce, envió su mansaje de Año Nuevo a los bolivianos, con un llamado a la unidad y el compromiso de consolidar la industrialización, terminar con la dependencia de la importación de combustibles y asegurar la seguridad alimentaria.
“Vamos a proteger nuestra biodiversidad y trabajar en políticas económicas y sociales por el bienestar de cada boliviana y boliviano. Crecer redistribuyendo, ese es el corazón de nuestro modelo económico, crecer acortando brechas económicas y sociales”, afirmó en el mensaje en el que estuvo acompañado por autoridades nacionales, departamentales y municipales de Chuquisaca.
La Casa de la Libertad fue testigo el 6 de agosto de 1825 del nacimiento de Bolivia, tras los movimientos independentistas y batallas en las que dieron su vida mujeres y hombres para alcanzar la libertad. Este año que empieza se cumplen 200 años de este hecho histórico que será conmemorado con una serie de actividades y entrega de obras.
En un acto simbólico, Arce lanzó un mensaje de unidad, acompañado del vicepresidente David Choquehuanca; la ministra de Culturas, Descolonización y Despatriarcalización, Esperanza Guevara; el delegado del Bicentenario, Martín Maturano; el gobernador de Chuquisaca, Damián Condori; el presidente de la Asamblea Departamental, Ricardo Zárate; el alcalde de Sucre, Enrique Leaño; y la presidenta de la Federación de Empresarios Privados, Teresa Dalenz.
En el mensaje televisado de casi diez minutos, el Primer Mandatario advirtió que la independencia y libertad están nuevamente bajo amenaza, por intereses externos que desean apropiarse de los recursos naturales estratégicos, como el litio, las tierras raras, el agua y la biodiversidad.
Bolivia tiene una de las mayores reservas de litio del mundo, con 23 millones de toneladas cuantificadas. También cuenta con yacimientos de cobalto, cobre, uranio, niobio y tierras raras, además, de tantalio, uranio, níquel, cromo y manganeso. Tiene reservas importantes de agua dulce y una amplia biodiversidad.
“Desde este lugar histórico reafirmamos nuestra determinación de ser libres y soberanos”, afirmó en respuesta a las amenazas externas por los recursos naturales.
Con la mirada en este nuevo año, el presidente reafirmó su compromiso de avanzar en la puesta en marcha de las industrias construidas, y en construcción, en el marco de la política de industrialización con sustitución de importaciones, uno de los pilares para asegurar que las divisas se queden en Bolivia, mitigar la escasez de dólares y crear polos de desarrollo.
“La industrialización no es solo una meta, es la clave para garantizar una verdadera independencia económica y construir un futuro digno para todas y todos”, destacó y aseguró que esta iniciativa no se detendrá a pesar de los problemas que enfrenta su administración, entre ellos el bloqueo de evistas y opositores a créditos externos que superan los $us 1.300 millones.
“Vamos a seguir avanzando a paso firme en la seguridad con soberanía alimentaria para hacer de nuestro país una potencia en la producción de alimentos. Vamos a dar un salto cualitativo para romper con la dependencia de la importación de combustibles. Vamos a proteger nuestra biodiversidad y trabajar en políticas económicas y sociales por el bienestar de cada boliviana y boliviano”, aseguró.
Las plantas de biodiesel, una en operaciones en Santa Cruz y otra por empezar en El Alto, además de la planta HVO, se constituyen en uno de los mecanismos para romper con la dependencia de la importación del combustible, que en Bolivia es subvencionado. La planta de Santa Cruz ya cubre el 7% de la demanda de biodiesel.
La intensa actividad de exploración y explotación de hidrocarburos se constituye en otro de los ejes de solución que encara el Gobierno. Los prolongados bloqueos evistas entre octubre y noviembre de 2024 provocaron un desfase en la provisión de combustibles, a lo que se suma el contrabando a países vecinos que es combatido por militares.
La extrema medida de presión evista también interrumpió la logística para el abastecimiento de insumos a los centros de producción de alimentos, lo que provocó agio y especulación de alimentos de la canasta familiar, lo que activó acciones de control y fiscalización desde el Gobierno que empiezan a regularizar la provisión de alimentos.
Arce expresó su confianza en resolver los problemas que enfrenta Bolivia e hizo votos para que este 2025 encuentre a la familia boliviana unida “con la determinación de construir un país más fuerte, más justo y más solidario”.
La Paz/ABI