Seguidores de Morales, como Ponciano Santos y el senador Leonardo Loza, afirmaron que si se “levantan los procesos judiciales, se levanta” el corte de carreteras.
El 14 de octubre, algunos grupos del Chapare cochabambino iniciaron un bloqueo de caminos en demanda de la liberación de los procesos judiciales que pesan contra Evo Morales, entre estos abuso sexual a menores de edad, además del reconocimiento del congreso fallido de Lauca Ñ de 2023, cuando se proclamó al expresidente del país como candidato único por el MAS-IPSP.
Al inicio la medida fue camuflada por demandas económicas y sociales, pero dos días después del corte de vías, los seguidores más allegados a Morales, como el senador Leonardo Loza y el dirigente evista Ponciano Santos, develaron las verdaderas intenciones del bloqueo: “Si se levantan los ocho procesos contra Morales, inmediatamente se levantan los bloqueos”.
En tanto, Ponciano exigió que Morales sea habilitado como candidato presidencial y amenazó con “derrocar” al presidente Luis Arce. Sobre el dirigente pesa una orden de aprehensión y una alerta migratoria por los 24 días de bloqueo de caminos.
Sin embargo, más allá de generar respaldo, la medida causó una ola de repudió por parte de la población boliviana, aún más de los productores y transportistas.
Durante los 24 días de bloqueo por la impunidad y la candidatura de Evo Morales, sus seguidores, algunos obligados, cortaron más de 20 vías. El corazón de Bolivia, Cochabamba, quedó aislado del oriente y occidente.
Los productores de alimentos lloraron de impotencia al ver la fruta y hortalizas dañadas por los bloqueos.
Tanta fue la rabia que productores de leche echaron estiércol sobre la fachada de la Gobernación de Cochabamba, alineada con el evismo, para exigir que se levanten los bloqueos. En el resto del país el costo de los productos comenzó a subir y la ciudadanía exigió cárcel por el daño a su economía.
De acuerdo con información oficial, el bloqueo evista en el país dejó como saldo 164 aprehendidos, además de 92 efectivos policiales y 35 periodistas heridos.
La labor de la prensa fue coartada y violentada. La asociaciones de periodistas se declararon en emergencia y pidieron respeto a su trabajo.
Para analistas como Franklin Pareja, era inconcebible pensar en un bloqueo para defender a una persona acusada de estupro y trata de personas. Alertó que la medida de Evo era “sediciosa”, “fratricida” y que solo buscaba desestabilizar al Gobierno actual.
La Paz/AEP
