Destacan la valentía. Imágenes que circulan por el mundo muestran al mandatario boliviano firme y resuelto, enfrentando con autoridad a la tropa alzada en armas en el Palacio Quemado.
La confrontación del presidente Luis Arce con el excomandante del mando militar Juan José Zúñiga fue “decisiva” para evitar la consolidación de un golpe de Estado en Bolivia, el 26 de junio, consideró Álvaro Ruiz, viceministro de Autonomías.
Imágenes que circulan por el mundo muestran al mandatario boliviano, firme y resuelto, enfrentando a Zúñiga y los otros entonces comandantes militares ante su ingreso al Palacio Quemado de La Paz.
“¡Cuidado estén haciendo un golpe contra el pueblo boliviano! ¡No te lo voy a permitir! Si usted se respeta como militar, repliegue a todas sus fuerzas. ¡Es una orden!”, dijo el Presidente a Zúñiga.
Eran aproximadamente las 15.50, cuando un tanque golpea la puerta principal del Palacio Quemado, que colinda con la Casa Grande del Pueblo.
En ese instante ingresa Zúñiga con un grupo de soldados y otros entonces jefes del Alto Mando Militar. En el pasillo se puso al frente el presidente Luis Arce, rodeado del vicepresidente David Choquehuanca y sus ministros, y confrontó al cabecilla del golpe, el general Juan José Zúñiga, según evaluó Álvaro Ruiz, viceministro de Autonomías.
La autoridad expuso que si el Presidente hubiera ordenado el retiro de su gabinete de ministros del Palacio para evitar pérdidas humanas, los militares habrían ingresado y el golpe se habría consolidado.
“Si no lo encara, hubiera pasado lo que ha pasado en 2019, pero el Presidente muestra el liderazgo, encara la situación y no se va del Palacio”, señaló la autoridad a Red Uno.
Arce, en un cara a cara con el uniformado, que quedará grabado en la memoria colectiva, le ordenó el inmediato repliegue de las tropas con el bastón de mando en la mano.
En el tenso intercambio, el Jefe de Estado ordena: “¡Repliegue a todas estas fuerzas en estos momentos! (...) ¡Es una orden!”. Mientras que desde afuera del Palacio Quemado se escuchaba “Lucho, no estás solo”.
Acto seguido, se procedió a la posesión del nuevo Alto Mando Militar. El nuevo comandante del Ejército, José Sánchez, ordenó a las tropas movilizadas retornar a sus unidades, sin antes pedir que no se manche el uniforme militar con sangre de los bolivianos.
La Paz/AEP