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Arturo Murillo, el hombre que marcó la gestión más controvertida del régimen de facto de Jeanine Añez

El exministro llegó escoltado desde Estados Unidos, donde cumplió una pena por lavado de dinero.

El exministro de Gobierno Arturo Murillo, figura clave del régimen de facto de Jeanine Añez, fue aprehendido este jueves en Santa Cruz tras arribar deportado desde Estados Unidos, país donde cumplió una condena por lavado de dinero vinculado al sobreprecio en la compra de gases lacrimógenos.

El ministro de Gobierno, Roberto Ríos Sanjinés, confirmó la detención y subrayó que se realizó “respetando el debido proceso”. Recordó que el propio Murillo admitió su culpabilidad en los delitos investigados en territorio estadounidense.

En Bolivia, el hombre fuerte del régimen de facto de Añez enfrenta varios procesos judiciales. El más emblemático lo condenó a ocho años de prisión por el caso de los Gases lacrimógenos, con un daño económico al Estado estimado en Bs 16 millones y $us 82.300. También pesa sobre él otra sentencia por el caso Gases de Ecuador.

Tras arribar esta madrugada al aeropuerto internacional de Viru Viru, Murillo fue sometido a una revisión médica y permaneció en celdas policiales, hasta que su traslado a La Paz se concretó pasado el mediodía, donde un juez definirá su situación jurídica.

De empresario hotelero a “hombre fuerte” del régimen de Añez

Sin formación universitaria, Murillo incursionó en política a mediados de los 2000 y fue electo diputado y senador por el partido de Samuel Doria Medina, aspirante a la presidencia que quedó en tercer lugar en las elecciones del pasado 17 de agosto.

En el Senado, Murillo se destacó como uno de los críticos más duros al gobierno, forjando una estrecha relación con Jeanine Añez, quien lo nombró ministro en noviembre de 2019.

Desde esa posición, se convirtió en uno de los hombres de mayor confianza de Añez y lideró la persecución contra autoridades del gobierno depuesto. Respaldó además las operaciones militares en Sacaba y Senkata, donde más de 30 civiles murieron por heridas de bala en hechos que la CIDH calificó como “masacres”. Murillo negó responsabilidades y llegó a afirmar que los manifestantes “se mataron entre ellos”.

Un paso por el poder marcado por abusos y escándalos

Su gestión estuvo marcada por la difusión de noticias falsas durante la pandemia, la exposición pública de detenidos sin sentencia y la difusión de la imagen de una mujer a la que acusó falsamente de secuestro.

Todas estas acciones le valieron cuestionamientos por vulnerar derechos fundamentales y principios básicos de la función pública.

Hoy, su retorno al país genera expectativa política y social. Diversos sectores demandan que los procesos contra Murillo se lleven adelante con celeridad y transparencia, para garantizar justicia por los hechos de corrupción y violaciones a los derechos humanos ocurridos durante la gestión transitoria.

AEP


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