En total se han registrado 3,8 millones de hectáreas con cicatrices por el fuego, de las cuales el 59% se encuentra en Santa Cruz y el 38% en Beni.
El cruce de datos entre el Ministerio de Medio Ambiente y la base catastral del Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA) revela que el 46% de las quemas en Bolivia provienen de tierras empresariales y medianas. Solo en el transcurso de este año, hasta agosto, estos incendios, junto con otros, han dejado un total de 3,8 millones de hectáreas con cicatrices, de las cuales el 59% se encuentra en Santa Cruz y el 38% en Beni.
“No se trata de decir quién es el culpable o echar la culpa a alguien (…), pero el 46 por ciento (de las quemas) se da en el tipo de propiedad o la clasificación empresarial y mediana”, explicó el director nacional del INRA, Eulogio Núñez, en entrevista con Bolivia TV.
Los datos provienen del Centro Nacional de Monitoreo contra Incendios, emplazado en Santa Cruz, donde varias instituciones colaboran para obtener información precisa y desarrollar medidas y políticas para enfrentar los incendios forestales en el país.
Según los datos, del total de tierras saneadas, que cubren el 97%, la estructura de tenencia se distribuye de la siguiente manera: 16% corresponde al sector empresarial y mediano; 18% a propiedad comunitaria; 27% a Tierras Comunitarias de Origen (TCO) o Tierras Indígenas Originarias Campesinas (TIOC); 24% a tierras fiscales no disponibles, que incluyen áreas protegidas, reservas forestales y áreas municipales no aptas para asentamientos; y 5% a tierras fiscales disponibles, destinadas a asentamientos, nuevas comunidades y tierras con vocación agrícola o agropecuaria.
Núñez detalló que, del total de 3,8 millones de hectáreas afectadas por incendios, también denominadas “cicatrices de quema”, solo el 9% se origina en tierras fiscales disponibles, mientras que el 25% ocurre en tierras fiscales no disponibles, como parques nacionales o áreas protegidas.
Mayor impacto y desafío
El director nacional del INRA, Eulogio Núñez, en una anterior entrevista con BTV. | Foto: Archivo
En términos de afectación por departamentos, el 59% de las cicatrices de quema se encuentra en Santa Cruz, el 38% en Beni, el 2% en La Paz, el 0,2% en Chuquisaca, sin registros significativos en otros departamentos.
El director del INRA destacó que el avance en el saneamiento de tierras es crucial para regular el uso del suelo. En este contexto, el control y monitoreo de quemas se ha convertido en una prioridad para garantizar el manejo sostenible de los recursos naturales.
Ante ello, afirmó que uno de los grandes desafíos es la transición del chaqueo tradicional al uso de nuevas tecnologías agrícolas, como maquinaria de preparación de suelos y métodos de siembra directa, que eliminan la necesidad de usar fuego.
“El objetivo es reducir el uso del chaqueo en un 50 por ciento en los próximos cinco años, impulsando prácticas agrícolas más eficientes y respetuosas con el medioambiente”, agregó.
Finalmente, mencionó que en 2019 se registraron más de 5,2 millones de hectáreas quemadas, principalmente en Santa Cruz y Beni. Para 2024, esa cifra ha bajado a 3,8 millones de hectáreas, reflejando una reducción significativa.
La Paz/AEP