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Presidente Luis Arce: La industrialización ya no es un proyecto, sino una realidad y patrimonio del pueblo

Arce afirmó que uno de los legados más poderosos de su gestión es el inicio de la industrialización como camino irreversible hacia la independencia económica.

Durante la Sesión de Honor por el Bicentenario de la Fundación de Bolivia, el presidente Luis Arce Catacora afirmó que el país atraviesa un proceso de transformación estructural, cuya columna vertebral es la industrialización, la cual “ya está en marcha. No es un proyecto, no es un mito, es una realidad, es patrimonio del pueblo”.

Arce afirmó que uno de los legados más poderosos de su gestión es el inicio de la industrialización como camino irreversible hacia la independencia económica. En ese marco, mencionó la entrega de la planta siderúrgica del Mutún y el avance en la producción de biodiésel con tecnología nacional, como parte de una estrategia que comprende la construcción de más de 170 plantas industriales en todo el país.

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“En cada región florecen fábricas que generan empleo, agregan valor a nuestras materias primas”, afirmó el mandatario, subrayando que estas industrias no solo producen bienes, sino que también crean ingresos para las familias bolivianas y alimentan la esperanza en un futuro con desarrollo propio.

Arce aseguró que su Gobierno sentó las bases de una economía diversificada, de base ancha, con una clara orientación hacia la soberanía económica, “para dar un salto cualitativo en el camino hacia un horizonte de desarrollo con soberanía económica”, manifestó.

La autoridad presidencial se refirió de este modo a 172 plantas industrializadoras que incluyen factorías en los sectores de la producción de biocombustibles y aceites (11), bioinsumos y fertilizantes (14), construcción y manufactura (9), farmacéutica (1), industria química (4), litio (2), minería (4), y soberanía alimentaria (127), de acuerdo a datos del Ministerio de Planificación del Desarrollo, a enero de 2025.

A inicios de la presente gestión, el Jefe de Estado se refirió a los proyectos de instalación de plantas industrializadoras y, en ese contexto, señaló que con ese paso el Modelo Económico Social Comunitario Productivo se encuentra en una nueva etapa, caracterizada por un enfoque estructural centrado en la industrialización y la sustitución de importaciones.

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Arce explicó, en anteriores intervenciones, que la primera parte del modelo se enfocaba en la apropiación de excedentes de recursos naturales y su redistribución a través de bonos y transferencias directas.

En ese contexto, el Primer Mandatario dijo: “Estamos en medio de un cambio estructural imparable, que ya da resultados y cuyos frutos se multiplicarán muy pronto, siendo la industrialización uno de los más claros”.

Proyectos estratégicos

Más tarde, en una entrevista con Bolivia TV, el presidente Arce precisó que algunas de las plantas industriales ya generarán impacto en el corto plazo. Mencionó especialmente las plantas de biodiésel y la planta HVO (aceite vegetal hidrotratado), que permitirán reemplazar la importación de combustibles por biocombustibles elaborados con aceites producen en Bolivia. “Ese es uno de los más importantes logros en el corto plazo”, subrayó.

Anteriormente, el Presidente ubicó la producción de biocombustibles, con proyectos como la Planta de Biodiésel HVO en El Alto, como estratégicos, ya que se busca cubrir el 80 por ciento de la demanda interna de carburantes, lo que permitiría reducir las importaciones y ahorrar divisas.

A nivel estratégico, Arce destacó tres ejes industriales clave: la química básica, la industria farmacéutica y el biodiésel. Explicó que la química básica no solo está pensada para sustituir importaciones, sino para convertir a Bolivia en proveedor internacional de insumos industriales, aprovechando el gran potencial nacional para producir materias primas que actualmente se compran del exterior.

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También remarcó la urgencia de desarrollar una industria farmacéutica nacional, ya que actualmente Bolivia importa prácticamente todos los medicamentos que consume.

Recordó que, durante la pandemia del Covid-19, esta dependencia externa quedó en evidencia: “Si no importábamos en ese momento los fármacos, hubiera habido un incremento mucho más grande del que se vio de decesos”.

Aunque reconoció que estos proyectos, particularmente el farmacéutico, requieren más tiempo por su complejidad, el mandatario los calificó como estratégicos para posicionar a Bolivia a nivel mundial y avanzar hacia la soberanía industrial.

La implementación de esta industria farmacéutica se hace en el municipio de Capinota, departamento de Cochabamba. De acuerdo con datos del Ministerio de Planificación del Desarrollo, a enero de 2025 la inversión asciende a más de Bs 3.300 millones.

Contra la privatización

El presidente Luis Arce señaló que Bolivia cuenta con una ciudadanía consciente, trabajadora y firme, que no permitirá la privatización de los recursos naturales ni aceptará políticas de ajuste que comprometan los logros alcanzados por el Estado Plurinacional. “Sabemos que ese pueblo no cederá ante imposiciones económicas ni permitirá retrocesos en el Proceso de Cambio, conquistado con el sacrificio de nuestras heroínas y héroes, muchos de ellos anónimos”, afirmó.

El mandatario reconoció que el país atraviesa momentos difíciles, marcados por escasez de combustibles, presiones sobre las divisas y fluctuaciones en los precios de algunos productos.

Sin embargo aseguró que estas dificultades son temporales y forman parte del esfuerzo de transformación profunda que vive Bolivia. “Estos desafíos no son señal de debilidad, sino el reflejo del Proceso de Cambio estructural en marcha”, señaló.

Dijo que la industrialización es uno de los ejemplos más visibles de ese avance, y sus beneficios comenzarán a multiplicarse en todo el país.

El Jefe de Estado también subrayó las enormes potencialidades del país como base para el desarrollo futuro.

Recordó que Bolivia posee la reserva más grande de litio del mundo, una diversidad de minerales estratégicos, tierras raras, hidrocarburos, y una riqueza natural y cultural inigualable.

“Nuestra biodiversidad, gastronomía, música y danzas, junto a nuestros paisajes, son parte del rostro de una Bolivia que se proyecta con optimismo hacia una era de crecimiento industrial y justicia social”, concluyó.

AEP

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