En el torbellino de desafíos que azotaron Bolivia en 2020, Luis Arce emergió como una figura líder, llevando al país hacia tiempos de estabilidad y prosperidad.
Desde su ascenso al mando constitucional del Estado ha demostrado una capacidad innegable para guiar al país a través de tiempos turbulentos, consolidando una estabilidad económica, política y social que se ha convertido en el patrimonio del pueblo boliviano.



