La orden de aprehensión contra el exmandatario Evo Morales revela una grave acusación que trasciende la esfera política y toca los límites más sensibles de la dignidad humana.
Los cargos por presunto estupro y trata de personas, específicamente por una relación con una menor de 15 años durante su gestión presidencial, representan una grave violación ética y legal de proporciones mayúsculas.