El reciente ataque perpetrado en la sala de conciertos Crocus City Hall de Moscú sacudió a la comunidad internacional y nos recordó una vez más la brutalidad y el horror que el terrorismo puede infligir sobre la sociedad.
Un grupo de hombres armados, vestidos de camuflado, desató un tiroteo seguido de un incendio que cobró la vida de 137 personas y dejó a más de 180 heridas, según las cifras oficiales.