Es lamentable que en estos tiempos, cuando Bolivia necesita más que nunca unidad y estabilidad, nos encontremos ante una crisis de Estado fabricada por quien alguna vez fue considerado un líder del pueblo.
Evo Morales, en su desenfrenada carrera por retomar el poder, parece dispuesto a sacrificar el bienestar de la nación entera en el altar de sus ambiciones personales.