Al acercarse el final del primer año de su tercer mandato presidencial en Brasil, Lula da Silva tiene amplios motivos de satisfacción y otros tantos de preocupación.
Además de retomar programas sociales que marcaron sus periodos anteriores, como el ‘Mi casa, mi vida’ o la ‘Bolsa familia’, vio como la economía creció, la inflación bajó y la estabilidad económica sigue firme.









