Los pueblos indígenas del norte de Potosí y el sur de Oruro —Laime, Jucumani y Qaqachaca— se despedazaron por 175 años, hasta finales de 2005, por vengar agravios o disputando pedacitos de tierra estéril, en las altas soledades adonde fueron reducidos en tiempos antiguos.

La semana pasada, un grupo de dirigentes afines a Evo Morales, autoproclamados como CSUTCB, anunció un bloqueo de caminos indefinido a escala nacional, a partir del 4 de septiembre, bajo el argumento de “construir una nueva agenda política y social prioritaria”, premisa que a simple vista no condice con lo que realmente representa esta amenaza.

El Brics favorece la formación de un orden multipolar y promete un nuevo mundo transcontinental. Estados Unidos, que se adueñó del mundo tras el colapso de la URSS, se enfrenta ahora a una nueva realidad: los Brics desafían su imperial unipolaridad.

El paralelismo que está siendo gestado por Evo Morales al interior de las organizaciones sociales no hace más que dañar un pilar fundamental del Instrumento Político, que permitió retornar a la democracia en 2020, como es la unidad.

En días pasados, una directiva autoproclamada de la CSUTCB, impulsada por Morales, convocó a un bloqueo de caminos indefinido para el 4 de septiembre, bajo el argumento de construir una “nueva agenda política y social”.

Francisco, el papa argentino, hizo un gran descubrimiento. Dijo que la evangelización en América fue “acompañada” de "intereses mundanos" que no respetaron a los pueblos indígenas. Si quería mostrar un sincero arrepentimiento, debería haber dicho impuesta, no “acompañada”.

Desde 1831, Bolivia ha desarrollado once censos de población y cuatro de vivienda.

De acuerdo con los antecedentes del Instituto Nacional de Estadística (INE), el de 2024 será el duodécimo Censo Nacional de Población y el quinto de Censo Nacional de Vivienda.