Una vez más, Evo Morales deja en claro que sus ambiciones personales de poder están por encima del bienestar del país y la institucionalidad democrática.
El fallido "congreso" de Villa Tunari, que terminó convirtiéndose en un simple acto de proclamación unilateral de su candidatura inhabilitada, representa un desafío inaceptable al Estado de derecho y una amenaza a la estabilidad que tanto esfuerzo ha costado construir.